‘Mi generación; sin patrimonio alguno’

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‘Mi generación; sin patrimonio alguno’

Lo dice un joven profesionista, esposo, padre de una bebita pequeña. Ejerce su profesión: Contador Público, fue un estudiante de alto rendimiento, está certificado como maestro de inglés. Su esposa y él trabajan duro en dos negocios porque a duras penas alguien puede mantener la línea de flotación de su familia, negocios y empleados.

“Y no podemos tener casa, no podemos hacer un patrimonio de ahorro para el futuro de nuestra hijita, no tendríamos que ofrecerle a otro hijo”.

Esa situación viven quienes dando un triple salto mortal sin red protectora invierten y generan unos cuantos empleos, cumplen con todas sus obligaciones fiscales, ciudadanas y civiles ante el SAT, cuya traducción suena a broma cruel: “Servicios de Administración Tributaria”. 

La generación de empleos, tan cacareada por el Gobierno Federal y Estatal están pésimamente remunerados. Los egresados sobresalientes escuchan cada vez que los llaman a entrevista de trabajo: “usted está sobre calificado, lo más que podemos ofrecerle es…”

El 2017 el salario mínimo aumentó ¡cuatro pesos!  Ah, pero el bono que se asignaron los diputados y senadores, el turismo legislativo mundial, el dispendio de la clase política, niños verdes y de todos colores, nepotismo y “amigas con puestos públicos”...

Margaret Thatcher, ex primer ministro de Gran Bretaña, fue considerada heroína de los campesinos. Señaló, categórica: “no hay tal cosa como dinero público, ese dinero lo aportan los contribuyentes, los contribuyentes son los ciudadanos de quienes somos servidores”.

Tributo y retribución es algo que ni siquiera existe como concepto en la mentalidad de los que también son chapulines en partidos políticos. 

Los pueblos sometidos pagaban contribución hasta quedarse en la miseria, sin recibir nada a cambio, desde antes de que llegara Cristóbal Colón.   

Hoy es una obligación impuesta unilateralmente por el Estado, para que el Gobierno haga frente a las cargas de darle a la población condiciones donde puedan prosperar, tener buen trabajo, seguridad, educación, suficiencia alimentaria, oportunidades, calidad de vida, hacer deporte, actividades culturales, disfrutar de espacios públicos acondicionados y con seguridad garantizada para las familias.

¿Recibimos algo a cambio? Sí y no. Porque vemos surgir más nuevos millonarios que rompen récord en la historia de México. En cambio la gente de bien, hombres y mujeres, acaban exhaustos recibiendo un salario con el que no pueden  alimentar a sus hijos. Familias buenas que sobreviven con sacrificios extremos, con carencia existencial, material y psicológica que nadie merece sufrir.

Los 77.66 por ciento de nuevos empleos adicionales registrados en el IMSS, en realidad son empleados recién regularizados por sus patrones. (Fuente ‘El Financiero’, Alejandro Gómez Tamez). Se trata de mantener viva la simulación, de aparentar y mentir cada vez con mayor frivolidad y descaro. Lo más grave, con mayor sensibilidad humana.  Vivimos en Pinochilandia, pero el Hada madrina de la Justicia no aparece.

¡Decídete a ser feliz hoy!

@_A_lfonsina