Mi hijo adolescente no se comunica conmigo por estar siempre pegado a la tecnología

Usted está aquí

Mi hijo adolescente no se comunica conmigo por estar siempre pegado a la tecnología

Archivo
En esta edición, las coaches Kim Gils y Nicole Cunningham explican cómo conectarse con los adolescentes en un mundo manejado por la tecnología.

Pregunta:
Mis hijos adolescentes (mellizos, de 16 años) sólo quieren comunicarse por mensaje de texto. Ya no parecen estar ni abiertos ni dispuestos a mantener conversaciones con nosotros. Yo no dejo de insistir en eliminar los dispositivos cuando estamos sentados a la mesa pero los chicos están enojados todo el tiempo. ¿Qué estamos haciendo mal?

También tenemos hijos más pequeños y nos da miedo perder nuestra conexión e influencia también con ellos. ¿Cómo hacemos para crear mejores relaciones con nuestros hijos y conseguir que hablen con nosotros, no sólo con sus amigos?

Respuesta:
Creemos que prácticamente todos los padres del planeta están teniendo ese mismo problema en este momento. Este nuevo mundo de la tecnología, los medios sociales, y los mensajes de texto puede ser un problema para todos nosotros. Pese a nuestros temores y nuestro deseo de que el mundo sea diferente, debemos aprender a movernos dentro de esta nueva estructura si queremos conectarnos con nuestros hijos.

Esto no significa de ningún modo que debamos dejar de lado nuestros criterios o nuestros esfuerzos de comunicarnos como en los viejos tiempos, pero debemos ser inteligentes y proactivos y adaptarnos para encontrarlos donde ellos están. Es útil comprender la importancia y la influencia de la tecnología en nuestros adolescentes.

Se oyen muchas opiniones sobre lo perjudicial que es para nuestros adolescentes usar la tecnología para la comunicación, pero es el nuevo proceso de comunicación, nos guste o no. Si los excluimos de esto limitando, prohibiendo o eliminando totalmente la comunicación, se les generan inmediatamente problemas sociales. Si no se comunican en los medios sociales, por texto o por teléfono, quedan socialmente excluidos. Es aquí donde vemos que intervienen el aislamiento, el acoso y los sentimientos de abandono y depresión, dado que no están conectados con sus pares.

Debemos dejar que usen la tecnología con limitaciones saludables, que podemos fijar con la participación de ellos y la nuestra. Estas limitaciones saludables se respetan mejor cuando también las modelamos nosotros. ¿Todos están muy pegados al teléfono cuando están en su casa? ¿Usan el teléfono durante las horas de las comidas y después de las 21:00 horas? Son temas para hablar en familia y crear límites en base al razonamiento moral, no al castigo.

A continuación, le proponemos algunas formas de mejorar la conexión con sus hijos adolescentes a pesar de la tecnología. Esta es la respuesta a su pregunta, cómo seguimos construyendo confianza, buenas relaciones e inculcando valores en nuestros hijos dentro de su estructura tecnológica.

1. Ganar su confianza y un lugar en la vida de ellos; no es algo que esté garantizado por el hecho de ser sus padres.
La triste verdad es que si usted quiere ser la persona (y el lugar) a los que ellos recurren en momentos de estrés, cambio y problemas, tiene que ganarlos. Ser su padre o su madre no es garantía de que usted representará su lugar seguro, que confiarán en usted o que lo o la incluirán en su vida, siquiera. Ahora, sin la necesidad de que los incluyan, de ser vulnerables y correr el riesgo de enjuiciamiento o castigo, los chicos pueden recurrir a Google, a los medios sociales y a los amigos para pedir ayuda y respuestas cuando las necesitan.

Internet

Estamos en un mundo enormemente distinto del nuestro cuando éramos adolescentes, cuando sólo veíamos a nuestros amigos en la escuela o compartiendo actividades. Ahora, los chicos tienen una conexión constante a través de sus teléfonos inteligentes, que tienen permanentemente pegados a sus pulgares y sus bolsillos. Esto dificulta aún más a los padres competir por su tiempo, atención y por una posición de solucionadores de problemas y confidentes. Saber que es muy probable que nuestro hijo recurra a su teléfono inteligente en busca de respuestas, en vez de venir a nosotros, es un lugar que asusta, pero podemos ganar nuestro lugar en su vida siguiendo estos pasos.

2. Representar un lugar seguro para ellos.
Si realmente quiere ser la persona a la que su hijo recurre buscando consuelo en tiempos difíciles, debe en algún punto competir con la tecnología para ganar su tiempo y atención, y debe ser un lugar seguro. Esto significa que no debe juzgar y, por el contrario, usar todo su autodominio para estar presente y escuchar en vez de hacer comentarios o dar un sermón.

La tecnología ofrece respuestas rápidas y sin juicios ni decepción. Por eso, no podemos correr el riesgo de ser críticos, haciéndolos sentir tontos o incómodos con respecto a sus opiniones e ideas. Ser un adolescente ya es algo bastante incómodo, de modo que necesitan su amor y su apoyo con una gran dosis de respeto por lo que son y lo que piensan. 

Esto puede resultarles difícil a padres que están criando a sus hijos con miedo al fracaso y la pérdida, y quieren desesperadamente que sus hijos escuchen, cambien o no cometan errores.

Esto no significa que sea necesario coincidir con ellos todo el tiempo o tener que coincidir a secas, pero es necesario respetar su derecho a tener sus sentimientos, ideas y emociones. Esto no significa que debemos convertirnos en sus amigos y abandonar la crianza y la educación. Significa, en cambio, saber escuchar muy bien y hacer que las conversaciones se refieran a ellos no a nosotros. Debemos reconocer y honrar su derecho a sentir como sienten, aunque pensemos que están totalmente equivocados. Debemos hacerlo porque, en definitiva, tienen el derecho a sentirse exactamente como se sienten, de modo que los padres debemos validar ese derecho y demostrarles apoyo.

Hace unos años, le rogué a mi hijo rebelde adolescente que no me mintiera y que me dijera la verdad sobre sus actividades. Su respuesta fue: “Mamá, entonces necesito que seas capaz de manejar la verdad con amor y respeto, ¿puedes hacerlo?” Era una exigencia exagerada, pero dejé de lado mis miedos y me concentré en estar presente para él.

Si usted no puede manejar la verdad y hacerlo con amor y compasión, su hijo no lo o la verá como un lugar seguro y no se acercará a usted. La escucha sin juzgar es la única forma de crear un lugar de protección y que brinda alguna posibilidad de tener influencia en los momentos difíciles en su vida.

3. Ser conscientes de las expectativas.
Todos tenemos deseos para nuestros hijos. Pero muchos nos atenemos a los resultados y tenemos grandes expectativas. Está bien tener algunas expectativas para nuestros hijos, como querer que sean buenas personas con integridad y que tengan una buena autoestima. Pero, ¿son todas realistas? ¿Preparan a nuestros hijos para triunfar o fracasar?

Muchos adolescentes que tratamos nos dicen que las expectativas de sus padres les hacen sentir que fracasan todo el tiempo y que honestamente piensan que están condenados a no ser nunca lo bastante buenos. Esta es exactamente la emoción que aleja a los hijos de sus padres y cierra toda conexión y todo diálogo. A menudo, se alejan y sólo se comunican a través de mensajes de texto (ya que resulta mucho más seguro).

Internet

Al fijar sus expectativas, asegúrese de que estás no se refieran a detalles específicos, que no se aten a calificaciones exactas, a si ganan o pierden en los deportes y qué desempeño tienen. La manera mejor y más saludable de establecer expectativas es basándose en sus esfuerzos. Esto significa que ellos realicen su mayor esfuerzo y que también encuentren alegría y satisfacción al hacerlo. Esto prepara a nuestros hijos para ser personas plenas y motivadas y para ver que la recompensa bien vale el esfuerzo.

También recomendamos una norma de 5 a 1. Transmitir cinco mensajes de comentarios positivos y aliento por cada conversación sobre superación o corrección. Esto es más fácil de decir que de hacer, sobre todo cuando los padres son temerosos y quieren que sus hijos cambien. Es necesario celebrar lo que son y lo que hacen bien. Esto también crea un lugar seguro en el cual los hijos no temen decepcionar a los padres.

4. Enviar mensajes de texto a sus hijos adolescentes.
Si el texto es el método de comunicación con el que se sienten cómodos, úselo sin tratar de empujarlos a mantener diálogos para los que no están listos ni abiertos. Emplee la misma norma de 5 a 1 con los textos (esto significa cinco textos alentadores y divertidos por cada mensaje para recordarles que se cuiden o “No olvides tus tareas”).

Acostúmbrese también a usar emoticones y responda rápido a todos sus textos. Recuerde: viven en un mundo de gratificación instantánea, de modo que en algún nivel, debemos igualarlos. No espere horas antes de responder, hágalo lo antes posible.

Pídales que le muestren cómo manejar los mensajes con texto predictivo y cómo usar bien los emoticones. Esto demuestra interés en su mundo. Nunca subestime el poder de un texto positivo. –“Hola, soy mamá. Quiero que sepas lo orgullosa que estoy de ti y no veo la hora de elegir una película contigo este fin de semana”. O “Buena suerte en la prueba de matemáticas hoy. ¡Te irá muy bien! Confío en ti y sé lo capaz que eres”.

Envíe mensajes divertidos y también hágalos reír.

Este juego en la crianza de los hijos con la tecnología es nuevo para todos, pero demostrar interés y entusiasmo para ponernos en su nivel y hasta permitirles reírse de nuestra incompetencia, es fantástico para generar una conexión.

Recuerde criar a sus hijos desde el amor, no desde el miedo, confíe en sus hijos y controle su necesidad de controlarlos. Comience a ajustar su perspectiva a una de respeto, y hable con ellos como lo haría con un par o un igual en vez de tratarlos como si fueran niños pequeños.

Siguen siendo sus hijos, pero quieren ansiosamente su respeto y ser tratados como adultos. Cuanto más los respetemos en ese nivel, más respeto recibirán a cambio. Opte por quererlos donde estén y use la tecnología para conectarse con ellos, y siempre tendrá un lugar importante en su mundo.

¡Usted puede hacerlo!