‘Mi trabajo me consume, pero no me gustaría cambiarlo’

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‘Mi trabajo me consume, pero no me gustaría cambiarlo’

ESTIMADA ANA:
Desde que comencé a trabajar por primera vez, antes de graduarme siempre he sido un apersona demasiado responsable y comprometida. Jamás he pedido un permiso para faltar y ha habido años en que ni siquiera solicito mis vacaciones que por ley me corresponden.

Tengo prácticamente 25 años trabajando ininterrumpidamente, siempre dispuesto a dar lo mejor a la empresa a la que pertenezco, como dicen comúnmente, con la camiseta bien puesta.

En este lugar llevo casi 10 años, de hecho soy de las primeras contrataciones que hizo, o sea he estado aquí desde el inicio, cuando se abrió por primera vez al igual que en los demás trabajo que he tenido, éste no ha sido la excepción, siempre pongo mi máximo esfuerzo por que todo funcione a la perfección, incluso prácticamente estoy día y noche al pendiente de las llamadas o correos.

Viajo constantemente y aún y cuando estoy fuera, no dejo de estar al pendiente de todo, de hecho los fines de semana, aunque sean mis días de descanso, estoy en línea para que me localicen sin problema.

Aún con todo esto, en repetidas ocasiones, mi jefe directo me ha dicho que tengo que esforzarme más, que no es suficiente con lo que hago, que es necesario un poco más de dedicación para que la empresa marche al cien por ciento. Pero ya no puedo más.

En este momento siento que he llegado a un límite, sé que es urgente  que tome un descanso, que haga una pausa. Mi mente está agotada y para colmo, no me han aumentado el sueldo en los últimos 4 años, no hay incentivos para mí. De hecho tengo compañeros que trabajan menos horas que yo y ganan más.

He notado que los dos últimos años casi no he podido dormir bien, primero por los horarios de los vuelos que tengo que tomar y segundo, por esa ansiedad y nervios si algún proyecto no funciona o si alguna venta no se concreta.

Le comento que mi trabajo es una de mis pasiones y disfruto lo que hago pero siento que estoy llegando al extremo de que en lugar de disfrutarlo,  está siendo una carga demasiado pesada anímicamente.

Mi esposa ya me ha dicho algunas veces que busque otra opción, pero la verdad es que no quiero. Mi deseo es seguir haciendo lo que tanto me gusta y por lo que tanto he luchado los últimos años. Estoy en una gran encrucijada, me siento rendido. Le agradezco su atención a mi correo, le envío un saludo afectuoso y quiero que sepa que nunca me pierdo su columna, a diario la leo. 

Luis Roberto.

ESTIMADO LUIS ROBERTO:
Como todo en la vida, llega un momento en que es necesario cerrar círculos, concluir etapas, que aunque sean importantes, desde el momento en que nos provocan angustias, ansiedad o inseguridad, lo mejor es terminar.

Y es que también llega un punto en que nuestro compromiso, nuestra forma de ser y nuestra actitud nos hacen exigirnos cada vez más y ser capaces de darlo todo por el trabajo. Pero tarde o temprano, esta entrega desmedida puede llegar a pasarnos la factura, como comúnmente decimos.

Analiza qué es exactamente lo que te gusta y disfrutas de tu trabajo y a partir de eso, concentrarte solo en eso. Ten por seguro además, que tus superiores valoran el esfuerzo y tu entrega, aunque desafortunadamente la mayoría de las veces no se ve reflejado materialmente.

No permitas que tu salud se vea afectada, pues cuando eso sucede, es necesario hacer un alto y poner en una balanza qué es lo más importante para ti.

Dentro de lo posible, trata de llegar a algún acuerdo con tus jefes para gestionar horas y remuneración, de esta manera, las cosas fluirán mejor y podrás desempeñar y disfrutar tu trabajo tanto como hasta ahora

ANA