Sucede que cayó en el momento y lugar exactos para florecer. Siendo rubia natural en un país malinchista y con un talento muy particular para el melodrama y vender una imagen conservadora y virginal, la Buenfil era la opción ideal para convertirse en la protagonista de telenovelas que aquellos tiempos exigían. La época de oro de aquellos melodramas, hoy muertos e irrelevantes, le trajo éxitos monumentales como El derecho de nacer, El maleficio, Angélica y, en la cúspide de su carrera de telenovelas, Amor en silencio.