Mirador 02/05/17

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Mirador 02/05/17

Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que escuchó a Marian Anderson cantar “Deep River”, dio un nuevo sorbo a su martini y continuó:
–Hay quienes creen ser hombres de Dios porque cumplen los ritos de una iglesia y tienen amistad con sus pastores. Eso los hace ser soberbios: miran a los demás como irredentos pecadores.

Siguió diciendo:
–Pienso que todos estamos cerca de Dios, aun los que estamos lejos. Todos somos sus hijos –toda la creación lo es–, y esa común filiación nos debería hacer humildes. No hay peor soberbia, ni más molesta e irritante, que la soberbia religiosa, la de aquellos que dicen: “Dios me dijo”; “Dios me habló”… A mí también Dios me habla, pero lo hace por medio del bosque, del mar, de la montaña, de todas sus criaturas. Y digo humildemente: “Gracias”. Ésa es mi oración.
Así habló Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini, con dos aceitunas, como siempre.

¡Hasta mañana!...