Historias de la creación del mundo.
El Señor les ordenó a Adán y a Eva:
–Creced y multiplicaos.
Ellos crecían, pero no se multiplicaban.
Cada noche Adán se acercaba a Eva, pero la mujer aducía siempre un pretexto y se alejaba.
Por fin, cansado, el hombre fue con el Señor.
–¿Verdad, Padre –le dijo–, que Tú me hiciste a mí?
–Así fue –respondió el Creador sin entender.
–Y ¿verdad que también hiciste a Eva?
–También a ella la hice, sí –contestó el Señor.
–Bueno –demandó Adán irritado–. ¿No podrías ahora hacer las aspirinas?

¡Hasta mañana!...