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Mirador 04/03/2016
Gritó el pastor:
-¡Que viene el lobo!
Los demás pastores habían leído ya la fábula del pastor mentiroso, de modo que no le hicieron caso.
Este pastor, sin embargo, no era mentiroso. Decía la verdad. Vino el lobo e hizo matanza en las ovejas.
Y sucedió entonces algo extraño: los pastores, en vez de indignarse con el fabulista, se irritaron contra el pastor que había gritado. Le reclamaron con enojo:
-¿Por qué no mentiste? Si hubieras sido como el pastor de la fábula no habría venido el lobo. Por tu culpa perdimos las ovejas.
El pastor tuvo que hacerse mentiroso para no ser expulsado del grupo.
No sé si el cuento que acabo de narrar tenga moraleja. Si alguna se me ocurre es ésta: decir la verdad es peligroso.
¡Hasta mañana!....