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Mirador 05/08/16
Don Zenón, vecino del Potrero de Ábrego, es dueño de los siguientes bienes:
Una labor pequeña.
Un cuarto hecho de block.
Un burro; un marrano; una docena de gallinas y 20 cabras que él mismo pastorea.
Dos mudas de ropa; un par de guaraches y un sombrero.
Chebo, también vecino del rancho, vive en un jacal de tierra con techo de palma, y a más de lo indispensable para no andar desnudo y no morirse de hambre tiene nomás un perro que se llama perro.
Don Zenón se siente muy satisfecho de sí mismo porque siempre saluda a Chebo. Dice solemne:
–No porque uno sea rico y él pobre le va uno a negar el saludo.
El otro uno, que es uno, oye a don Zenón y piensa que todo en la vida es relativo.
Hasta uno.
¡Hasta mañana!...