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Mirador 07/03/2016
Ulises sabía que el canto de las sirenas era peligroso.
Su barco iba a pasar por donde ellas cantaban su canción. Tapó entonces con cera los oídos de sus marineros, y se hizo atar con fuertes sogas al mástil del navío.
Pudo entonces escuchar el canto de las sirenas. Impedido de todo movimiento, sin embargo, no cayó en la tentación de hacer lo que ellas le pedían en su canción.
Cuando la nave se alejó del peligroso paso los nautas desataron a Ulises y le preguntaron:
—¿Cómo es el canto de las sirenas?
Respondió él:
—Es el más peligroso de todos los que se pueden escuchar.
Quisieron saber los marinos:
—¿Qué dice esa canción?
Contestó Ulises:
—Dice: “No hagas nada. Las cosas no se pueden cambiar”.
¡Hasta mañana!...