Mirador 08/04/16

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Mirador 08/04/16

Terry, amado perro mío: ¿sabes por qué te di ese nombre? Sucede que cuando era niño pasé días felices en la casa de mi amigo Roberto Hernández González. Sus papás, don Roberto y doña María Esther, tenían una finísima perrita cocker. Cierto día la Daisy se salió sin avisar, y en la calle conoció el amor. Haz de cuenta La Dama y el Vagabundo.

De eso resultó un cachorrito mestizo que poco tenía de la dama y mucho del vagabundo. Mi amigo lo llamó Terry por el personaje de una tira cómica que leíamos con avidez: Terry y los piratas.

Ahora, Terry, lee conmigo este bello mensaje que recibí ayer: “Estimado Armando: “Me trajeron a mi casa un perrito callejero. Me quedé con él porque me dio lástima: estaba traumado; sólo quería que lo acariciara. No sabía cómo llamarlo. Todos en la familia propusieron nombres, y ninguno me gustó, hasta que mi mejor amiga me regaló su libro sobre el Terry, y me encantó. Decidí entonces llamarlo Terry, en memoria de su perro. Quise que usted lo supiera, por lo mucho que lo quiso. Yola”.

¿Lo ves Terry? No te has ido: sigues viviendo en otro perro que se llama como tú..

¡Hasta mañana!....