Mirador 11/02/16

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Mirador 11/02/16

Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que vio la catedral de Chartres, dio un sorbo a su martini —con dos aceitunas, como siempre— y dijo:

—La admonitoria frase que escuchamos el Miércoles de Ceniza: “Recuerda, hombre, que polvo eres y en polvo te convertirás”, no me mueve a pensar en la muerte; antes bien me incita a gozar de la vida. Es para mí un “Carpe diem” o un “Gaudeamus igitur” dicho en otra forma. Después de oír esas palabras siento el impulso de disfrutar los placeres de la mesa y los del lecho con mayor intensidad, aquí y ahora, antes de que las cenizas del tiempo se abatan sobre mí.

Dio un nuevo sorbo a su martini y continuó:

—Ayer me puse en la frente la mancha de ceniza, pero no para recordar que he de morir, sino para no olvidar que debo vivir.

Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini, con dos aceitunas, como siempre.

¡Hasta mañana!...