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Mirador 15/03/16
Un soneto por el amor de Dios
Si he de dejar el corazón tirado;
si he de morir el resto de mi vida;
si es necesario herir mi propia herida
y olvidar de una vez lo recordado;
si he de pasar por lo que ya he pasado,
y derribar la casa construida,
y decirme mi propia despedida,
y convertirme en muerto y sepultado,
bien está: el corazón será rendido,
y me atravesaré de parte a parte,
y la memoria tornaré en olvido.
Quiero matar lo que sin ti he vivido.
Quiero perderme, Dios, para encontrarte,
porque si no te encuentro estoy perdido..
¡Hasta mañana!...