Mirador 16/11/16

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Mirador 16/11/16

Este sol que salió de repente ¿es verdadero sol?

Había estado oculto en los últimos días, que por falta de sol parecían noches. La lluvia y la neblina hacían del mundo un mundo gris. Yo le iba a preguntar a don Abundio: “¿Algún día dejará de llover?”. No lo hice porque una vez le pregunté eso y me contestó lacónico: “Siempre ha dejado”.

Ahora brilla este sol invernizo en medio de un cielo sin nubes. No me dejo engañar por él. Se irá de pronto y volverán de nuevo los días de plomo. Por eso no guardo el recio chaquetón de nombre extraño: mackinaw, aquí llamado maquinóf, ni pongo en el baúl las pesadas cobijas de lana y lana hechas en los telares de Saltillo, capaces de poner tibieza en la Antártida y la Antártica.

No me fío de este sol imprevisto, no, pero lo disfruto igual que he disfrutado muchas inesperadas bendiciones. Si se vuelve a ir no importa: lo he gozado ya. Nadie puede quitarme el sol que alguna vez me dio su luz y su calor.

¡Hasta mañana!...