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Mirador 18/04/2016
Esta bugambilia se volvió loca de remate.
La ves y piensas que todo el mundo es color bugambilia.
Yo sé que estaba aquí olvidada, junto al muro de adobe gris, sin que nadie se acordara —como dice la gente—de echarle un vaso de agua.
A la bugambilia no le importó ese olvido. Tampoco le importaron los hielos del invierno. Llegó abril y se dio toda a los que nada le hemos dado.
—Está loca —comentan las mujeres al pasar frente a ella.
Creo que su locura es de amor, la mayor y más bella locura entre las muchas que hay. Su estallido de color es estallido de amor; llamarada que llama a continuar la vida.
Me pregunto si amor y vida no son la misma cosa. Cuando no haya nadie cerca se lo preguntaré a la bugambilia. Quizá me dará el secreto de su locura. Quizá yo también, si soy afortunado, me volveré loco de remate con la hermosa locura de la bugambilia, que se da toda a todos aunque nadie le dé nada a ella.
¡Hasta mañana!...