Mirador 21/01/16

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Mirador 21/01/16

No conozco hombre más socarrón que don Abundio, el del Potrero de Ábrego.

Sus hechos y sus dichos llenarían varios tomos de tomo y lomo.

Ayer me contaron de la vez que el viejo se lanzó como candidato a comisario ejidal. La elección sería reñida, pues se había postulado también Antonio Gauna, el de la tienda, que amenazó con dejar de fiarles a los que no se unieran a su campaña.

Don Abundio contraatacó con un ofrecimiento: al que votara por él le regalaría un par de zapatos.

Doña Rosa, su mujer, le dijo:

–El voto es secreto. ¿Cómo sabrás quién votó por ti?

No respondió el viejo. El día de la elección le dio un zapato a cada uno de los que fueron a votar, y le dijo:

–Si gano te daré el otro.

Ganó.

¡Hasta mañana!...