Mirador 26/01/18

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Mirador 26/01/18

Llegó sin anunciarse y se presentó a sí mismo.

–Soy el número uno –dijo jactancioso.

Me disgustaron su actitud y su fanfarronería. Le dije para molestarlo:

–Entonces es usted el menor de los números. Es casi el cero.

Respondió:

–Se equivoca usted. Soy todos los números, incluso el mayor que pueda imaginar.

Le pedí que explicara su declaración. Procedió a hacerlo:

–El número dos es el número uno repetido dos veces. El tres es el número uno repetido tres veces. Y así hasta el infinito. Como verá, no sólo soy el número uno: soy el único número que hay. 

No supe qué contestar. Como carezco de conocimientos matemáticos me fue imposible rebatir su tesis. Ahora a todos los números que encuentro –al 5, al 34, al 115, al 1000– les digo:

–Cómo está usted, señor número uno.

Me miran como si hubiera perdido la razón y no contestan mi saludo.

¡Hasta mañana!...