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Mirador 27/10/16
Llegaron sin anunciarse y me dijeron:
—¿No te acuerdas de nosotras?
La verdad, no las recordaba.
Me preguntaron, desafiantes:
—A ver: ¿quiénes somos?
—Perdonen —respondí—. A mis años se pierde la memoria. Les ruego que me digan quiénes son.
Respondieron muy orgullosas:
—Somos las viejas rencillas.
Quedé asombrado. Les dije:
—Pues se ven muy jóvenes.
Explicaron:
—Nos sometimos a una operación rejuvenecedora.
Las felicité cumplidamente. Y a ustedes les digo: si ven unas rencillas que parecen nuevas no se dejen engañar: son las viejas rencillas de siempre.
¡Hasta mañana!...