Mirador 29/04/2021
29 Abr 2021
“Cantando la cigarra pasó el verano entero…”.
Vino el invierno, y la cigarra no tuvo qué comer.
La hormiga, en cambio, había trabajado todo el tiempo. A la llegada de la estación invernal sus graneros estaban llenos de comida.
Los fabulistas dicen que la cigarra murió de hambre.
Se equivocan.
Sucedió que la hormiga compartió su comida con la cigarra, y la cigarra compartió con la hormiga sus canciones.
En este mundo existen el bien y la bondad.
Pero eso no lo vieron jamás los fabulistas,
Ellos vieron solamente el mal.
Por eso hay todavía cigarras que cantan y hormigas que trabajan.
Por eso ya no hay fabulistas.
¡Hasta mañana!...
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