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Mirador 31/03/16
¿Qué extraña condición tenemos los humanos, que en el invierno sentimos nostalgia de la primavera, y cuando llegan los días invernales ansiamos que regrese de nuevo la estación de las flores, los pájaros y el sol?
Todo tiene su tiempo, dice el Eclesiastés. Hay tiempo de vivir y tiempo de morir. Es decir de volver a vivir. Nos condolemos porque después de la primavera habrá un invierno. Debemos alegrarnos con la promesa de que al invierno seguiría otra primavera.
El río va hacia el mar, es cierto, pero también es cierto que del agua del mar se hacen los ríos. Río y mar son una misma cosa: el río es mar que será; el mar es ríos que fueron. Nosotros somos vida que es, pero también vida que fue y vida que será.
Todo a fin de cuentas es vida.
Todo es vida a fin de cuentos.
¡Hasta mañana!....