Mirador 31/07/16

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Mirador 31/07/16

En realidad el mundo no iba a tener piedras. El Señor quería que la tierra fuera suave y tersa como el terciopelo, de modo que los hombres pudieran caminar por ella igual que sobre mullida alfombra.

Pero el Hijo fue con el Creador. Le dijo:

–Padre: si no hay piedras el poeta no podrá decir: “Te quitarás piadoso las sandalias por no herir a las piedras del camino”. Sólo por eso valdría la pena tener piedras.

Replicó el Padre:

–No me parece razón suficiente.

–Además –siguió diciendo el Hijo–, tengo preparada una frase muy buena para decirla cuando esté en la Tierra.

–¿Cuál es esa frase? –se interesó el Creador.

–“El que esté libre de culpa que lance la primera piedra” –recitó el Hijo–. Si no hay piedras ¿cómo podré decir tal cosa?

Al Hacedor le gustó mucho esa frase. Al punto hizo las piedras, para que frase tan bella pudiera ser pronunciada. Luego se disculpó:

–Perdóname, Hijo, por no haber hecho antes las piedras. Pero el que esté libre de culpa que lance la primera piedra.

¡Hasta mañana!...