Monterrey, Nuevo León.- Existe una delgada línea que divide la cordura de la locura y cuando esa se traspasa da vida a personajes como los que plasman Edgar Allan Poe y otros perturbados.
“De Muerte y Locura” se presentó la noche del sábado en el Teatro Versalles y en ella Luis de la Cruz y Víctor Vázquez recrean a la perfección seres que navegan entre el dolor, el odio, el desamor y la muerte para dar como resultado un mundo retorcido que lo mismo atemoriza que sorprende.
El público acompañó a “Diego” en su sórdida historia de amor que lo llevó hasta el crimen. En este cuento Vázquez logra trasmitir la desesperación de una relación apasionadamente juvenil y enferma.
“Berenice”, de Poe, nos permite entrar al mundo de las personas que enfrentan la monomanía, que es un tipo de paranoia, en la que las víctimas de ese padecimiento están obsesionadas con un solo tipo de ideas o emociones. “32 dientes, 32 ángeles, 32 serafines, 32 querubines”, es la idea que retumba y retumba en la cabeza del personaje central y que logra contagiar a la audiencia.
La locura y la soledad no son una buena combinación porque dan como resultado una historia tan tétrica como “Una Muerte en Familia”.
En total fueron seis los cuentos que se presentaron para completar el espectáculo. Los otros son: “Rojas Impresiones”, original del propio Víctor Vázquez; La Cabeza de mi padre, con una adaptación de Luis de la Cruz y “Corazón delator” de Poe.
La producción de La Casa Azul permite navegar por la mente de esas personas que han dejado de permanecer al mundo de los cuerdos y actúan en base a sus propios aberrantes pensamientos y despiertan en el espectadores emociones como compasión o miedo.
DEVELAN PLACA.
Al término de la representación, Lucía Guilmáin se convirtió en la madrina de la develación de la placa por las 175 representaciones de la obra, que ha crecido de manera enorme no sólo por la importancia de los espacios en que se presenta sino también por el desarrollo actoral de de la Cruz, quien ideó “De Muerte y Locura. Cuentos de Edgar Allan Poe y otros perturbados”.
Guilmáin alabó el trabajo que hacen ambos actores y pidió al público que apoye el teatro que se hace de manera local por el gran esfuerzo que representa levantar cada proyecto.
Como maestra de ceremonias fungió Ana Valdés y entre el público estuvieron: el actor Renán Moreno y Diana Perla Chapa, mamá de la cantante regiomontana Tatiana.