Muerte y resurrección del PRI

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Muerte y resurrección del PRI

Cuando se creía que el viejo PRI, el dinosaurio, el paquidermo llamado Partido Revolucionario Institucional estaba bien muerto y enterrado, casi extinto pues, resurgió de sus cenizas. El “Partido de los Vividores” mostró estar más vivo que nunca. Incluso más vivo que el partido que huele a incienso, mirra y mortaja, el Partido Acción Nacional. Hay muchas aristas por explorar en los recientes resultados electorales en los estados de Coahuila e Hidalgo. Si exploramos los resultados y los contrastamos con ciertos nombramientos, enroques de poder político regional y nacional, y los analizamos y diferimos y comparamos con otros datos y nombres del ajedrez político mexicano, usted podrá cuadrar su puzle completo al respecto y tendrá un panorama más claro para su toma de decisiones.

Como siempre, tome lo que más le convenga e interese de estas letras y deseche a su juicio lo que usted considere como bagazo. Simple bagazo. Comenzamos. Una semana antes de los comicios en Hidalgo y Coahuila (18 de octubre), creo recordar, se detuvo en Estados Unidos, específicamente en Los Ángeles, California, al general Salvador Cienfuegos Zepeda, extitular de la Sedena en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Lo detuvo la poderosa DEA y se le fincan cuatro cargos de conductas delictivas, entre ellas, lavado de dinero, protección a un cártel del narcotráfico y su involucramiento en el trasiego, manufactura y distribución de “sustancias controladas” (Encausamiento legal número CR 19-368).

Este tipo de investigaciones, acusaciones y señalamientos tan rotundos y duros, no se hacen en un día, señor lector. ¿Sabe usted desde cuándo se le venía dando seguimiento de acciones a este General? Desde hace 10 años. Desde que éste estaba asignado a la IX Región Militar, en Acapulco, Guerrero. Señor lector, hace más de diez años. Y las últimas imputaciones y documentos en su contra datan del año 2015 al 2017, cuando éste era el titular de la Sedena. Insisto, tiempos de Enrique Peña Nieto. Surge una pregunta obvia entonces que usted se hace, me imagino: “¿En manos de quién estamos o estábamos, o seguimos estando? Es decir, cómo es posible que en más de 10 años el hombre de mayor jerarquía en la poderosa Sedena no supiera que la DEA lo investigaba y lo tenía ubicado diariamente. Inteligentes, cuerpos de inteligencia mexicanos, entonces no hay.

En un viaje familiar aterrizó en Los Ángeles y, sin ofrecer resistencia, fue detenido con su familia. Nunca, nunca supo que era observado hasta en sus más mínimos movimientos. De miedo entonces esto. Otra: el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ni sabía ni fue avisado de la “Operación Padrino”, como se le motejó a esta encomienda. Es decir, las autoridades norteamericanas siguen igual que con el PRI o con el PAN: no les creen, no confían en ellos y no les comparten información altamente delicada. AMLO y su equipo de “inteligencia”, igual que Peña Nieto o Felipe Calderón, son bebés de pecho.

ESQUINA-BAJAN

Esta “Operación Padrino” va a dar mucho de qué hablar y habrá, como siempre, muchos implicados y señalados cuando se realice el juicio en Estados Unidos. Por cierto, será radicado en la Corte del implacable juez Brian Cogan, quien ya tiene en capilla a Genaro García Luna (expoderoso secretario de Felipe Calderón Hinojosa) y quien condenó al célebre Joaquín “El Chapo” Guzmán a cadena perpetua. Vea entonces un círculo muy bien diseñado y planes perfectamente armados: tanto priistas como funcionarios panistas han sido procesados o están en vías de serlo.

Hay un denominador común: ambos exfuncionarios ni sabían de las indagatorias en su contra y por eso los tomaron en “bandeja de plata” cuando ingresaron a territorio gringo. Tanta… ingenuidad, por no decir otro adjetivo mexicano, conmueve. En el otro lado de la moneda, luego de realizar por años sus compras y despensas en Estados Unidos, la dupla tristemente célebre de Humberto y Rubén Moreira, hoy hacen su despensa en el “Mercado Juárez” y ni por error geográfico se acercan a 200 kilómetros de la frontera. Ellos saben una cosa: corren el riesgo de ser pepenados…

¿Por qué el gobierno gringo no confía en el sistema penal mexicano? Por un motivo sencillo: el 92.4 por ciento de los delitos denunciados en México (base 100) quedan sin resolverse ni con sentencia condenatoria. Es decir, impunidad total (datos de México Evalúa). Y si usted lo recuerda, señor lector, en su momento hace como 8 años, justo cuando el general, ahora preso en Estados Unidos, Salvador Cienfuegos agarraba todo el poder de seguridad nacional con Enrique Peña Nieto, al ser detenido y procesado un viejo conocido de Coahuila, Sergio Villarreal alias “El Grande” (exfamiliar del panista Guillermo Anaya, tres o cuatro veces perdedor en las contiendas electorales; es decir, su eterno candidato para fundamentar las partidas presupuestarias de campaña), éste declaró bajo juramento que uno de los protectores del Cártel de los Beltrán Leyva era… el general Salvador Cienfuegos. Avisados ya estaban. Puf.

Lo anterior está profusamente documentado en la prensa diaria y ya luego se recogió en el libro “México en Llamas” de la reportera Anabel Hernández. Todo lo anterior y a vuela pluma, sucedió justo antes, días antes de las elecciones en Coahuila e Hidalgo, con los resultados ya conocidos: la restitución del PRI y su posicionamiento en el escenario nacional. Ha pegado a tal grado esta resurrección que los estados agrupados bajo la denominación de “Alianza Federalista” tienen a López Obrador a tiro de piedra. El PRI pudo haber sido sepultado. Hoy sigue vivo y fuerte. 

LETRAS MINÚSCULAS

Hay alguien que está contribuyendo grandemente a su posicionamiento: AMLO, sus políticas y verborrea hostil y de venganza. Continuará…