Muchas felicidades a todas las mujeres. Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer. Pero ¿qué significa ser mujer del siglo 21? Bajo mi más humilde percepción, mujer es sinónimo de ternura, emoción, comprensión, resiliente, entrega incondicional, belleza y bondad. Pero parece que en este nuevo siglo observo con mucha tristeza una nueva mujer llena de conflictos e incertidumbres. 

Nuestras niñas y adolescentes enfrentan un mundo lleno de presiones: ser la niña más bonita del salón de clases, tener el mayor número de likes en sus redes sociales; son vistas como raras si no tienen relaciones sexuales con sus novios; obsesión por ser la número uno en su salón de clases; consumo de alcohol para poder sentirse bien y más relajadas, y un alto consumo de medicamentos para lograr controlar sus emociones que se disparan ante la más pequeña adversidad o problema. 

En nuestro libro “Niñas glamour”, publicado en el año 2014, advertimos de un incremento de más del 50 por ciento en trastornos de depresión entre las mujeres, desde los 12 hasta los 50 años, y esto representa más del doble que en los hombres. He sido maestro por poco más de 40 años y observo con preocupación, en los últimos 5 años, más chicas medicadas por problemas de depresión, concentración, manejo de las emociones, impulsividad, sueño, pensamientos suicidas, automutilación (cutting), ataques de ansiedad, obsesiones compulsivas, apatía, bipolaridad, baja autoestima, entre otros muchos problemas. 

Descubro una mujer más vulnerable y frágil que hace 40 años. Entiendo que los tiempos son diferentes, pero también que son más complejos y necesitamos prepararlas con resiliencia (fortaleza a pesar de las adversidades), autoestima saludable y confianza en ellas mismas. La doctora Courtney Martin, en su libro “Perfect girls, starving daughters” (Chicas perfectas, hijas debiluchas), nos señala el gran peligro que viven las mujeres en este nuevo siglo: “El hombre ya no es nuestra competencia, sino somos nosotras mismas”.

Casi el 40 por ciento de las mujeres tienen una pobre opinión de su imagen corporal o dicen que las demás son más hermosas que ellas, dos terceras partes prefieren desaparecer que verse gordas, y 4 de cada 10 mujeres preferiría no tener hijos si eso implica aumentar de peso. Hoy existe un culto de la belleza exterior que es sinónimo de éxito y ser mujer plena. Esta obsesión de la perfección y la comparación hacia las demás mujeres trae su propia destrucción. Cada mujer es única y bella. La comparación debe hacerlo hacia ella misma y buscando. 

En un estudio publicado en 2016 por el Centro de Educación Superior en los Estados Unidos reporta que, por primera vez en toda la historia, las alumnas universitarias presentan un estado mental y emocional debajo de lo normal y el 60 por ciento están de acuerdo con la oración: “No puedo hacer algo bien”. Y más del 70 por ciento manifiestan ansiedad porque “no puedo ser como la otra”. Papás, los invito a educar y fortalecer a nuestras hijas, pero en su belleza interior. Cuidemos su corazón y no solamente cómo se ven físicamente. Recordemos que ellas serán el motor más importante de la familia y de la sociedad. 

@JesusAmayaGuerr