Mujeres, listas para atacar... A bordo de los vagones del Metro

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Mujeres, listas para atacar... A bordo de los vagones del Metro

Hasta este sábado se habían remitido a cuatro hombres por presuntamente cometer actos de acoso.
En las estaciones terminales, la prisa y el estrés por llegar al trabajo y escuela se apodera de las emociones. Cuando el tren llega comienzan los empujones, jaloneos e insultos.

MÉXICO.- En hora pico, ser mujer y subirse al Metro se ha convertido en un doble reto. Por un lado, la inseguridad por la violencia sexual, y por el otro, la falta de respeto y comprensión que se vive entre el mismo género. 


“Quítate, pinche vieja”, dice una mujer a otra que no se orilla al ver que varias bajarán en la estación Tepalcates de la Línea A. Se lanzan miradas de enojo, la otra no responde y tampoco se mueve; finalmente, al abrirse las puertas, empujan con fuerza hasta sacarla del vagón. 


“Como mujeres a veces somos muy groseras y no nos protegemos entre nosotras, hay mucha inconsciencia y competencia, cuando debería ocurrir lo contrario. No sé por qué pase esto, es egoísmo”, dijo Sofía, una usuaria. 
En las estaciones terminales la prisa y el estrés por llegar al trabajo y escuela se apodera de las emociones. Cuando el tren llega comienzan los empujones, jaloneos e insultos. 


“Qué les pasa, carajo, ¿somos mujeres o animales?”, grita una señora que aunque estaba frente a la puerta no alcanzó lugar a causa de la disputa por los asientos. 


De acuerdo con usuarias, existe un problema en los lugares para mujeres, pues al sentirse en un ambiente de igualdad, todas se olvidan de que hay otras personas y sólo ven por su comodidad. 


“En estos vagones nos sentimos seguras, sabemos que no vamos a encontrar a un tipo que nos quiera tocar, pero con honestidad a veces sobrepasamos los límites. No vemos si viene una persona mayor, una embarazada o alguien enfermo, sí nos llegamos a adueñar de los asientos”, comentó Graciela, otra usuaria. 


En Tepalcates sube una mujer de unos 80 años, una señora menuda, de baja estatura que se ayuda de un bastón para afianzar sus pasos. Esperó 15 minutos a que llegara un tren. 


Sube, todas la miran pero nadie la ve. El tren se queda detenido unos minutos y una mujer policía ingresa al vagón, se asoma y pide que cedan el lugar. Nadie. Molesta, la oficial señala uno de los espacios reservados: “Oye, te puedes parar para que se siente la señora, luego te maquillas”, le dice a una joven. “Sí, claro, es que no la había visto”, respondió antes de ponerse de pie. 


El 26 de abril inició el operativo Viajemos Seguras. Hasta este sábado se habían remitido a cuatro hombres por presuntamente cometer actos de acoso. De acuerdo con personal de Protección Civil del Metro, “las mujeres se siguen lastimando mucho, pero eso ya tiene que ver con la educación del usuario. Siguen golpeándose e insultándose, uno las calma, pero el Metro no puede intervenir más porque es cultural”. 


Aunque usuarias señalan que tener vigilancia en todas las estaciones las hace sentirse cómodas y seguras, lo que ahora hace falta, dicen, es hacer que entre mujeres haya respeto.