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Después de estar varados por 30 horas en carretera, Niños Cantores de Morelia llegan sanos y salvos a Saltillo
La nevada que cubrió de blanco la ciudad y regiones cercanas en el estado este fin de semana, además de resultar en increíbles postales y en una experiencia inolvidable para quienes no conocían la nieve también causó muchos estragos en las vialidades de toda la entidad, que dejaron varados en carretera a miles de automovilistas.
Uno de estos afectados fue el camión en el viajaban el grupo de los Niños Cantores de Morelia —quienes tenían programado un concierto de villancicos en la Catedral de Santiago este domingo, como parte de las actividades decembrinas del Instituto Municipal de Cultura de Saltillo—, el cual llegó a la ciudad sin mayor percance que la espera de casi 30 horas.
Fue en el kilómetro 198 de la carretera 57 donde los 36 niños, acompañados por seis adultos incluidos el director del coro, Hernán Cortés, se vieron obligados a pasar la noche luego de que el tráfico permaneciera totalmente detenido.
A su llegada, a las 16 horas del domingo 10 de diciembre, las autoridades de IMCS convocaron a una rueda de prensa en donde el maestro Cortés, junto con el maestro Eduardo Figueroa y la lic. Mabel Garza Blackaller, explicó los pormenores de la travesía y agradeció a las autoridades correspondientes la ayuda otorgada.
“Fue una situación totalmente inesperada”, comentó el maestro Figueroa, “durante el día de ayer la carretera estuvo abierta y tristemente en el momento en que ellos llegan se cierra la carretera. Ya había varios kilometros adelante de fila, una fila muy impresionante de más de 40 km de tráileres, carros particulares, autobuses, y pues se informó por parte del IMCS a la presidencia municipal y de ahí se buscaron los contactos necesarios con las diferentes dependencias”.
Sin embargo el director del coro no destacó el acontecimiento en sí, sino las muestras de apoyo y solidaridad tanto de las autoridades gubernamentales (de Coahuila y Nuevo León), municipales (de Galeana y Arteaga) rurales (de San Rafael), de protección civil y las civiles, que llevaron alimentos a los que tuvieron que pasar la noche en sus vehículos.
“Nosotros lo tomamos como una experiencia única, para los niños, sobre todo”, comentó el maestro Cortés, “pero en todo momento estuvimos bien, nos sentimos seguros, comunicamos primero con las autoridades que nos invitaron de cultura, que estuvieron siempre al pendiente de cada momento, nos fueron a buscar, nos llevaron víveres”.
“En un principio, cuando algo así pasa, lo que uno siente es la fragilidad del ser humano”, continuó, “pero empiezan a moverse las cosas y ve uno con quien está tratando se siente uno tranquilo. Los niños en todo momento estuvieron bien, no pasaron nada de frío.
Afortunadamente venimos en muy buen camión, estuvieron bien aclimatados, bien hidratados, bien comidos”.
“Y de los que más me siento orgulloso es de los niños”, añadió, “no tuvimos ni un lloriqueo. Los niños se comportaron a la altura, porque sintieron esa seguridad en nosotros, los adultos, que a su vez la sentimos de parte de las personas de aquí”.
La mayor preocupación por parte de las autoridades eran, efectivamente, los niños, y así como lo explicó el maestro Hernán, ellos más que preocupados estaban fascinados. Sin mencionar que, de manera muy profesional, cuando se les comentó en su momento la posibilidad de cancelar el concierto y regresar a Michoacán debido a las circunstancias, ellos expresaron su rechazo a la idea.
Dos pequeñas, en representación de sus compañeros, hablaron frente a los medios sobre la experiencia y ambas coincidieron en que la peor parte de todo fue que “los sillones del camión eran muy incómodos para dormir en ellos”.
A esto hay que añadir que en su tierra la nieve es aún más escasa que aquí y les tocó a algunos ver por primera vez el espectáculo natural como hace veinte años que los propios saltillenses no lo veían, y se convirtieron en parte de esta misma ola de personas que disfrutaron de la nevada.
A pesar de que llegaron con tiempo para dar el concierto (programado a las 20 horas del domingo), decidieron continuar firmes en la decisión mover la fecha un día (junto con otras actividades del IMCS) para dar tiempo a que el grupo descanse y puedan dar lo mejor que tienen en escena.
El maestro Hernán Cortés, quien fue parte del coro en su niñez, puntualizó que esta experiencia será clave en la formación de los pequeños, pues las muestras de solidaridad que recibieron serán algo que no olvidarán y que su sumará a la orgullosa tradición que es el coro de los Niños Cantores de Morelia, orgullo del Conservatorio de las Rosas y Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.