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¡No está barrido, pero así nos gusta!
La corrupción sistémica no permitirá que un Fiscal anticorrupción ejerza un papel que no sea el de comparsa del régimen
Quizás, si la corrupción en Coahuila fuese un asunto aislado, localizable, la idea de un Fiscal anticorrupción no sonaría tan irrisoria como resulta en nuestra realidad, en la que el fenómeno es completamente sistémico.
Tal vez si la corrupción no comenzara en la cabeza gubernamental y bajara a cada estrato, no sólo de la función pública, sino que además encuentra la complacencia y la complicidad de otros actores tales como empresarios, organizaciones “autónomas” y medios de comunicación, la idea de un Fiscal anticorrupción emanado de este mismo sistema sería menos irreal.
¿Quién en su sano juicio puede creer que el moreirato tiene el más flaco interés en que un escrutador imparcial o mejor dicho, civil, examine de manera exhaustiva las finanzas de los últimos años?
El mismo Gobernador prefirió desentenderse cuando se destaparon las cloacas por las empresas fantasma. Allí pudo desmarcarse de la corrupción de sus colaboradores, pero en vez de ello prefirió protegerlos y procurarles una salida silenciosa por la puerta de servicio.
Es más que obvio que Rubén Ignacio Moreira no piensa atacar la corrupción, sino que en vez de ello la solapa y la cobija. ¿Por qué? Eso que se lo responda él.
O.k. Bueno, pero… el Fiscal anticorrupción se elige sin la intervención del Ejecutivo, ¿no? Y sería completamente independiente en sus funciones, ¿verdad?
Bien, antes de continuar le voy a dar un minuto para que limpie la bebida que escupió por soltar una risotada a causa del párrafo anterior. Si necesita ir a cambiarse porque en la carcajada perdió la batalla contra la incontinencia, no se preocupe, aquí le esperamos, que al cabo es un texto.
Como le digo, si la corrupción en Coahuila no fuera sistémica, quizás sería posible soñar con que el mecanismo y el comité seleccionador operaran desde la legalidad, pero dado el régimen en que vivimos sólo podemos anticipar una nueva farsa, lo mismo que la elección de consejeros en el ICAI o en el IEC, lo mismo que la elección de rectores en la UAdeC o en la UTC, lo mismo que la conformación del Congreso. Todo es una maldita simulación orquestada desde el Palacio Rosa, esto desde hace varias décadas.
No obstante, la corrupción en el último sexenio (el que ya va para 12 años) superó los límites que pudieran considerarse “los habituales”, pues ya no fue suficiente con hacer negocios con proveedores o rascarle a discreción a los activos estatales, sino que durante este régimen catastrófico se empeñó nuestro futuro por una suma que no deja de incrementarse cada que el Gobierno quiere tapar un boquete, y cuyo ejercicio se niega a transparentarnos.
¿De dónde saca usted voluntad del Ejecutivo para que un Fiscal anticorrupción vaya a ejercer un papel que no sea el de comparsa?
Se necesita creer antes en el Ratón de los Dientes para poder tragarse el embuste de que a este régimen le interesa combatir la corrupción.
¡Le significaría la cárcel a más de 40, entre Alí Babá y secuaces de medio pelo!
¡No va a ocurrir! No, al menos, por un esfuerzo de la actual administración. ¡Olvídelo! Es imposible que alguien se meta un balazo deliberadamente en el propio pie.
Sin ir más lejos, mientras escribo estas líneas se dio a conocer el nombre del flamante Fiscal de Hierro. El hombre que llevará ante la justicia todos los casos de corrupción en el Estado. (¡Sí, Chucha! Si quiere de una buena vez le vamos levantando el monumento).
El elegido resultó ser un tal Jesús Homero Flores Mier, a quien no le habían terminado de tomar protesta cuando ya diferentes versiones lo señalan como cercano al Gobernador (“moreirista”, de acuerdo con Grupo Reforma) y con una trayectoria obviamente comprometida con el PRI.
En sus primeras declaraciones como Fiscal, Flores Mier asegura: “No nos temblará la mano… y vamos a ir tras todos esos delincuentes cuando existan los elementos probatorios y las denuncias”.
¡Perfecto! ¿Y cuándo van a existir elementos probatorios en un Estado que se especializa en desaparecer documentación vital? La respuesta es nunca.
Pero pásele, Fiscal. Bienvenido a un sistema donde nadie hace nada de lo que se supone debe hacer y donde todos cobran a lo grande. Espero que su remuneración sea opípara (aunque usted sabe de eso, viene del ICAI). Pero su nueva tarea es delicada, ya que no le va a cuidar la espalda a cualquiera, sino que tiene que hacerse de la vista gorda ante corruptelas tan obesas como las de Duarte, Borge, el otro Duarte, Padrés, Medina, etcétera.
¡Pásele, no está barrido, pero –qué carajo– así nos gusta!petatiux@hotmail.com
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