No existen, 7 de cada 10 empleos para el 2030; proyección de Anaya no se pueden comprobar #Candidatum

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No existen, 7 de cada 10 empleos para el 2030; proyección de Anaya no se pueden comprobar #Candidatum

¿Optimismo? Aunque con buenas intenciones, el panista puede causar incertidumbre ante la falta de evidencias. / Cuartoscuro
Expresión cae en la futurología ante la falta de evidencias

La edición 81 de la Convención Bancaria fue la pasarela elegida por los candidatos a la Presidencia para mostrar sus propuestas rumbo a las elecciones. 

Ricardo Anaya habló sobre su apuesta energética, criticando la de Andrés Manuel López Obrador, pero también se pronunció a favor del impulso a las nuevas tecnologías y lo que pueden representar para el panorama laboral.

De esta manera, el expresidente del PAN se aventuró a una serie de predicciones sobre el panorama futuro en su aparición en Acapulco, donde afirmó que para el 2030 “los empleos que va a haber, siete de cada 10 son empleos que no existen”.

Un plan de gobierno va más allá de los “buenos” deseos y especulaciones. No obstante, tampoco pueden ignorarse los cambios más que evidentes que la tecnología pueda traer, no sólo a la vida diaria sino a nivel profesional.

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La Organización Internacional del Trabajo (ILO, por sus siglas en inglés), le da razón a lo que el Foro Económico Mundial llamó la 4ª Revolución Industrial, y afirma que una nueva ola de cambios tecnológicos está afectando a casi todas las áreas de producción: fabricación, servicios y agricultura.

También cita un informe de McKinsey de 2013 en el que se identifican 12 posibles tecnologías candidatas con el mayor potencial de causar disrupción económica y social. Y se enfocó, entre otros temas, en la interrupción o la dinámica de destrucción y creación de empleos que siempre ha sido parte del progreso tecnológico.

Sin embargo, el informe señala también que la visión que enfatiza la creación de nuevos empleos y que critica el pesimismo sobre el tema, al señalarlo como falto de “imaginación económica” para anticiparse a un mundo de nuevas posibilidades por delante, se trata de un debate que cae en la esfera de la futurología.

De esta manera, ya sea una visión optimista como la del candidato de “Por México al Frente” o de una postura derrotista, hablar de una manera tan vaga no deja de ser etiquetada como incertidumbre, ya que ninguna de las posturas puede proporcionar evidencia “de antemano” que las respalden, lo que hace fácil incurrir en la creación de escenarios apocalípticos o de fantasía tecnológica.