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No seas creído
Si no quieres que en tu nuevo trabajo te muestren la puerta de salida antes de que puedas aprender a usar la cafetera de la oficina, aquí te ofrecemos algunas sugerencias para que des una buena primera imagen.
Cuando empiezas en un nuevo empleo, la presión siempre está en demostrar que mereces el puesto que te han dado.
Y para ello existen unos primeros pasos cruciales que debes valorar para asegurarte de que en tu nuevo trabajo durarás más que la fecha de caducidad de la leche que tienes en el refrigerador.
Con tan solo empezar a relacionarte con tus colegas, cumplir con los primeros objetivos y evitar sonar como si lo supieras todo, será suficiente para que sobrevivas a las primeras semanas.
¿Qué es lo que hay que evitar?
Primero: no hagas nada disparatado
“Utiliza los primeros diez días para determinar quién te puede respaldar en lo que harás, y qué tanta influencia puedes llegar a tener en esa nueva empresa”, aconseja Jason Womack, tutor ejecutivo de San Francisco, California, y autor del libro Your Best Just Got Better (‘Lo mejor de ti aún puede mejorar’).
Alardear y actuar como si fueras un sabelotodo son formas seguras de crear una mala impresión entre tus colegas.
Muchas de las nuevas contrataciones son propicias para hacer de ellas un gran alboroto en el puesto en el que acabas de aterrizar, pero los anuncios de metas audaces tienden a terminar siendo contraproducentes, advierte Gautama Mukunda, profesor de Administración en la Escuela de Negocios de Harvard.
Eso significa que debes evitar hacer demostraciones extravagantes en la primera reunión con tus nuevos compañeros.
Inicia sin aspavientos
No anuncies el primer día un cambio radical en la organización de la empresa.
“Es mucho más fácil que un anuncio con bombos y platillos vaya horriblemente mal a que resulte francamente bien”, señala Mukunda.
Y también hay una alta probabilidad de que a tus nuevos colegas no les gusten tus intenciones de hacer una ‘primera gran aparición’.
Recuerda que existe una alta posibilidad de que, al ser nuevo en la empresa, no tengas ni la menor idea de lo que puedes lograr.
Y aun así, Michael Sharkey, fundador y ejecutivo de la empresa de tecnología Autopilot, con sede en San Francisco, asegura que son muchas las personas que se fijan grandes objetivos en sus primeros días de trabajo.
No exageres
No hagas cosas extravagantes... ya sea de manera intencional o por accidente.
Sharkey aconseja por el momento dejar tranquilos tus números de ventas o tus ideas para crear nuevas proyecciones del producto.
Prometer demasiado al principio significa que hay una gran posibilidad de que más tarde tengas que explicar por qué tú y tu nuevo equipo no pudieron conseguir lo que anunciaron.
“El apetito por anunciar nuevos objetivos en esos primeros días es difícil de saciar”, agrega Sharkey. “Pero si fijas demasiadas metas al principio, va a ser muy difícil alcanzarlas todas”.
Los primeros pasos
Lo que Sharkey aconseja es comenzar con algo pequeño para rápidamente obtener victorias.
Quizás ello consista en atraer a un miembro nuevo que complemente el equipo, quizás sea aprender los intríngulis de la red de proveedores de la compañía, o conocer a las personas que están en posiciones similares a las tuyas.
“Todo tiene que ver con manejar las expectativas y entender qué es lo que más importa en el nuevo puesto que vas a ocupar”, añade Sharkey.
“Si empiezas con una tarea pequeña, es muy probable que comiences tu nuevo trabajo con una victoria temprana”.
Mientras trabajas para cumplir esa primera meta, empieza a desarrollar las relaciones con aquellas personas que más tarde vas a necesitar.
Busca mentores y compañeros en cargos más altos que te quieran aconsejar —sugiere por su parte Womack— y no tengas miedo a hacer preguntas.
Pero asegúrate de que esas primeras preguntas sean interesantes y estén bien formuladas.
Pide consejo
Womack también advierte evitar verse como si tuvieras todas las respuestas, porque nadie quiere escuchar al ‘nuevo’ hablar de cómo deben hacerse las cosas.
En vez de eso, Mukunda recomienda hacer preguntas que muestren que te interesa la guía de otras personas; es una forma fácil de congraciarte, tanto con gerentes como con colegas.
“Sencillamente no hay mejor forma de construir una buena relación laboral que pedir consejos, tanto a los de arriba, como a los de abajo”, agrega.
“Todo tiene que ver con manejar las expectativas y entender qué es lo que importa lograr en el nuevo puesto”.
Una amarga experiencia
La siguiente fue una amarga lección que Gautama Mukunda vivió en su primer trabajo.
En 2002 empezó lleno de ideas como analista de negocios en McKinsey&Company, cuando en su primera evaluación su jefe lo reprendió.
“Amigo, eres la persona más joven de la sala y en las reuniones nadie habla más que tú”, recuerda que le dijo su jefe.
No era que la empresa no valorara su aportación. Mukunda señala que sencillamente él todavía no se había ganado el derecho a ser la voz más chillona de la oficina.
Ahora le aconseja a sus estudiantes que sigan la frase de la obra de teatro Hamilton: ‘Habla menos y sonríe más’.
“Tienes que recordar que cuando estás en un nuevo trabajo, inmediatamente estrás siendo juzgado por tus jefes más cercanos”, agrega Mukunda. “Y esto lo puedes controlar dejando de hablar, haciendo preguntas y escuchando”.
En fin, si sigues estos consejos, es posible que aprendas a usar la cafetera de la oficina antes de que te reemplacen por alguien más sensato. (Eric Barton/Entrepreneur)