Usted está aquí
Noticias falsas
Los medios de comunicación existen para decir la verdad y para contribuir a la construcción del bien común. Lo que pudieran argumentar quienes dicen que tienen fines mercadológicos o de entretenimiento, entre otras cosas, es accesorio. Si muchos han encontrado un nicho de oportunidad económica en el tema diversión, chismes, ventas o noticias falsas, eso es otra cosa.
La Revolución Francesa se generó a partir del diario. Los medios al tiempo, dice Giovanni Sartori, se convirtieron en una paideia, es decir, en una instancia educadora de la sociedad. El internet fue todo un cambio, como lo fue la imprenta. Por tanto, como lo vimos en la elección norteamericana, se ha generado un cambio que aún no se acaba de entender. En las redes sociales, por su parte, los sistemas de comprobación de fuentes, el rigor periodístico han desaparecido para poner en duda y en riesgo la veracidad de la información.
En México, el 47 por ciento de la población se informa a través de la radio; el 77por ciento, a través de la televisión; el 31 por ciento, a través de internet; el 34 por ciento a través de Youtube; el 19 por ciento a través del Twitter; el 59 por ciento a través de Facebook, según Latinobárometro 2017, esa es nuestra realidad, ¿Pero qué tan veraz es la información que nos recetan los medios?
Dice el Artículo 5 de la Ley de Radio y Televisión en México, que los medios como constructores de la realidad tienen “la función social de contribuir al fortalecimiento de la integración nacional y el mejoramiento de las formas de convivencia humana”, y que “a través de sus transmisiones, procurarán afirmar el respeto a los principios de la moral social, la dignidad humana y los vínculos familiares; evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y la juventud; contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo y a conservar las características nacionales, las costumbres del País y sus tradiciones, la propiedad del idioma y a exaltar los valores de la nacionalidad mexicana”, y con respecto al tema en cuestión “fortalecer las convicciones democráticas, la unidad nacional y la amistad y cooperación internacionales”. ¿Lo hacen?
Me quedo con la primera parte del artículo 5 ya referida, que afirma que los medios tienen la función social de contribuir al fortalecimiento de la integración nacional y el mejoramiento de las formas de convivencia humana. Con las notas simuladas, con las medias verdades, con el ocultamiento de información y publicando información de la que no están seguros o con simples inferencias o suposiciones o “respetando las fuentes” ¿Contribuyen al fortalecimiento de la integración nacional y al mejoramiento de la convivencia humana?
Las noticias falsas, desinforman, cancelan, deforman y complican la realidad. Su objetivo es engañar a la ciudadanía, en lo político, sobre hechos importantes. Es parte de lo que se ha llamado “post-verdad”, es decir, son noticias que tienen como base la emoción, las creencias o el sentimiento y no los hechos comprobados. La verdad de la información, por tanto, depende del grado de emotividad que le genere a la persona y no lo que es real o simplemente se puede comprobar. Al final del día, una sociedad como la nuestra es campo fértil para que todo aquello que no es comprobable prenda. Recordemos los bajos niveles de lectura que tenemos los mexicanos.
Nuestra obligación, por tanto, será siempre comprobar toda la información que llegue a nuestras manos. Hoy no es tan complicado, a diferencia de otros tiempos tenemos una gran carretera de información donde tenemos que discriminar fuentes por un lado y por el otro verificar la confiabilidad de los autores. La comprobación de los dichos, en una sociedad mexicana donde el 59% de los mexicanos utiliza el Facebook como nicho de información tiene cura en la comprobación de lo que por ahí se ventila. Siempre pregúntese ¿De dónde viene la información que recibo? ¿Quién es el autor o los autores? ¿Lo haces o te crees todo lo que dicen los políticos, los reporteros, los analistas, los periodistas o la gente común en el Facebook?
Ésta claro, el escándalo y el morbo venden y es a eso a lo que le apuestan los medios. Luego, es importante que tengas en cuenta, que no porque todos digan algo va a ser verdad. Lo popular y lo verdadero son cosas distintas. Te recuerdo, el mal siempre será mal aunque todos lo practiquen y el bien siempre será bien, aunque nadie lo practique. ¿Cuántas noticias hemos compartido que ni siquiera hemos comprobado si es verdad o no lo que por ahí se dice? Donald Trump se apoyó, deliberadamente, en una campaña de noticias falsas y ganó la presidencia de los Estados Unidos, a la fecha lo sigue haciendo. Cotidianamente usa falacias que una buena parte del pueblo norteamericano le compra y a la que él ha llamado hechos alternativos, aquí y en China se llaman, mentiras. Bien acá en México, todos los días; todos los candidatos sin excepción, nos dicen una serie de barbaridades que jamás comprobamos y que las damos por hecho.
Ahora, comprobar una noticia falsa no es muy complicado, lo que requiere es un poquito de tu atención. En un primer momento, lo que tienes que hacer es ver quien pública lo que lees, porque la información puede ser errónea, fabricada o realizada a partir de datos no confirmados o simplemente hecha para ironizar, por el gusto simplemente de burlarse. Toda nota debe de presentar un autor o un equipo de trabajo o una dirección física, si no lo presenta, entonces descarta la información, no es una nota confiable.
Otro elemento es el que nos ofrece la red. Las noticias aparecen en una fuente y otra, si no aparece en periódicos o en medios de información nacional o internacional reconocidos, significa que no existe. Pero lo más importante, en estos días de competencia electoral, sigue todos los días los medios para que vayas viendo en tiempo real lo que se dice y lo que no.
Las noticias falsas tienen un destinatario, el ciudadanos desinformado, poco reflexivo, poco racional y poco preocupado por la cosa pública que acaba creyendo todo lo que se pública y se ve por la televisión es verdadero. No nos dejemos llevar por la emoción o el sentimiento; por nuestras creencias o ideologías. Contra las noticias falsas, la comprobación de las mismas, en estos tiempos no hay pretextos.