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Oaxaca, entre el miedo por la rapiña y los sismos que no cesan
Por Juan Mayorga (@JuanPMayorga) para Animal Político
San Dionisio del Mar, Oaxaca. El pánico regresó este fin de semana al Istmo de Tehuantepec, con varios sismos intensos que aumentaron la angustia que inició tras el terremoto de magnitud 8.1 del 7 de septiembre pasado.
A pesar de que la gente se ha habituado al movimiento incesante de la tierra —hay quien asegura que los percibe hasta cada 15 minutos—, un sismo de magnitud 6.1 y al menos otros tres mayores a 5 los hicieron correr fuera de sus casas. Hasta este domingo se han registrado 4 mil 719 réplicas del terremoto de hace tres semanas, según el Servicio Sismológico Nacional (SSN).
“Ya fue mucho susto. Le pido a dios que ya, que pare”, dijo Sodeiba, una habitante de San Dionisio del Mar que acampa con el resto de su familia bajo un techo de palma, luego de perder su casa en la tragedia del 7 de septiembre.
En San Dionisio del Mar, al igual que en otras localidades como Juchitán, Unión Hidalgo y Chicapa de Castro, gente que había recuperado la confianza para volver a entrar a sus casas volvió a sacar a la calle los colchones, catres o cobijas para refugiarse al aire libre. “Es más seguro que se nos caiga el cielo y no un techo en la cabeza”, dijo en Juchitán un vecino septuagenario, que esperaba con su familia en el camellón frente a su casa, apuntalada con vigas de madera para no colapsar.