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Obsolescencias y novedades
Se derrumban las estructuras envejecidas.
Lo antiguo no es viejo. Lo reciente puede ser decrépito. Las antigüedades son raigambres sólidas, recios fundamentos, construcciones para durar siglos. Un terremoto es denunciante porque descubre leyes no cumplidas y corrupciones presupuestales. Cae lo mal hecho, lo no revisado, lo que era fachada sin consistencia.
Hay vientos ahora no sólo de reforma y de reconstrucción, sino de reinvención. Las ruinas y los escombros invitan a la novedad ingenieril y arquitectónica, decorativa y funcional. La imaginación diseña ya, en la visión de algunos, una capital monumental con inevitable hundimiento progresivo y otra que surja más allá, como una Brasilia superada acá, en tierras no lacustres, con mayor reciedumbre y estabilidad.
El sismo legislativo ha dejado también las posibilidades de estrenar instituciones, normas y procedimientos que se abran a la novedad, a lo no activado, a lo distinto, con sustituciones copernicanas, fruto de una nueva mirada y una perspectiva inusual. En lo político se dan primeros pasos para candidaturas independientes y posibles Gobiernos en coalición. En lo económico se abre un horizonte para los tratados menos durables y más diversificados.
En lo internacional se sienten corrientes de desintegración, de crítica a las influencias mediáticas.
Tendencias de más agilidad y actualidad en la comunicación de las redes sociales. Se observan riesgos bélicos acentuados por falta de diplomacia, exceso de armamento y defectuoso control nuclear. En el camino hacia la unidad, en el mundo de la fe cristiana, se dan precipitaciones excesivas queriendo quemar etapas y minimizar herejía, cisma y pecado. Se da una “unidad” de mesa que sólo es colectividad, sin unión simbólica, litúrgica y jerárquica en comunidad. La intención es buena pero hay atropello de lo esencial: hacer, en la gracia, la verdad en la caridad.
En lo doméstico cercano y local hay obsolescencia jurídica ante la novedad de un ejemplar despertar ciudadano y novedades dañinas para los sistemas ecológicos por pésima técnica de extracción de gas que es lucro ya prohibido en las naciones más civilizadas… ¡Un mundo más dignamente humano es posible!