Tras los hechos ocurridos en Saltillo, donde presuntamente elementos de la Policía Investigadora arrebataron la vida a Marco, migrante de 29 años de origen hondureño, José Luis Manzo, coordinador de la Atención Humanitaria en la Casa del Migrante, dice que después de la masacre en San Fernando, esta es una de las violaciones contra migrantes más fuertes que vive el país durante la última década.

Aunado a la versión de la Fiscalía, de que fue un operativo contra narcomenudeo donde buscaban a cuatro personas, el coordinador de Ayuda Humanitaria desacreditó que se realicen este tipo de actos en una zona de evidente concurrencia para el flujo migratorio, como lo son las vías del tren.

“Es una pendejada hacer un operativo como el que dicen, en una zona donde con pleno uso de razón saben que habrá personas migrantes extranjeras o mexicanas. Es indignante; me cuesta trabajo pensar en la niña de El Salvador. Cuando llegaron ayer, lo primero que hizo la niña fue correr y abrazarme de las piernas”, expresó Manzo.

Manifestó, que aunque las agresiones contra migrantes se han generalizado en todo el país, y que en San Fernando ha sido icónico para reflejar las graves violaciones a los derechos humanos contra migrantes en su tránsito por México, el hecho del miércoles es uno de los más fuertes que se han vivido en la última década.

“Me parece indignante. Me cuesta trabajo pensar en la niña, porque lo primero que hizo la niña fue voltear a verme y abrazarme de las piernas. Tengo más de diez años trabajando en la atención, y esta es uno de los incidentes más fuertes después de San Fernando”, expresó el activista.

Manzo reprobó la persecución discrecional de migrantes, así como de defensores de los mismos, ya que lo calificó como un absurdo, ya que representa a una política migratoria “que no tiene nada de política, ni perspectiva de derechos humanos”.