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Opinion pública y discernimiento
La situación actual de los tejidos de comunicación permite la información y la opinión inmediata.
Se multiplican los datos parciales que han de complementarse después con rectificaciones y enmiendas. Hemos sido espectadores de las oleadas de desaprobación que parecen unánimes. No pocas veces es solo una suma de imitación y contagio. Viral se le llama ahora a esa influencia aceptada de lo que se presenta con ironía o descalificación demoledora.
Es el bullyng mediático. La carrilla editorial. El twitteo de sarpullido y tranquiza. Nadie quiere ser nota discordante frente a esa estampida inquisitorial que enciende hogueras para todas las herejías de la discordancia.
El hachazo para la leña de árbol caído es deporte privilegiado de la pseudo-olimpiada coyuntural. Se iza la bandera de piratería traviesa y deslenguada desde todos los anonimatos, tomando como distintivo falso de autenticidad y valentía, la salpicadura de palabras suficientemente ríspidas para decapitar cualquier réplica.
Lucidez y sensatez son garbanzos de a libra o perlas valiosas de difícil descubrimiento. La espontaneidad de redes, que pueden fotografiar y filmar con envío instantáneo, se une la repentización de juicio vaciado en expresión descalabrante. El títere con cabeza es un sobreviviente excepcional.
Se prefiere el ángulo de la desafinación y el desenfoque que distorsiona la nota fiel y escueta de lo que en realidad se puede afirmar. Se inventan intencionalidades y se suponen enjuagues detrás de las más simples acciones públicas, explicable esto por el clima de desconfianza,efecto de tantas percepciones subjetivas. Solo el discernimiento podrá separar el frijol de las pajas y los guijarros.
Puede ser todo este abucheo un entrenamiento anticipado para los tejemanejes de todo el año 18 al que ya se les están pisando los talones. Por lo pronto, la lucha contra la
confusión se interpreta como lucha contra la diversidad y la temática preferencial de redes sigue teniendo los defectos de sus cualidades.
En lo cierto: unidad, en lo dudoso: libertad para opinar y en la opinión puede unirse la causticidad con la objetividad para lograr, no solo desahogo, sino visión critica sanadora, desde una autocrítica constante…