Otra de Rolling Stone

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Otra de Rolling Stone

A Jesús Peña
“Sin unos ideales éticos, un periódico podrá ser divertido y tener éxito, pero no solo perderá su espléndida posibilidad de ser un servicio público, sino que correrá el riesgo de convertirse en un verdadero peligro para la comunidad”.
‘Sobre el periodismo’, de Joseph Pulitzer

 
Esta cita la extraigo del artículo de la periodista Sanjuana Martínez titulado “El periodismo en la narconovela”, publicado por Sinembargo.mx, en el que además asesta a quienes se hacen llamar periodistas solo por estar frente a micrófonos” y a quienes “nunca se han ensuciado los zapatos reporteando”. También comparte cuando una de sus colegas le dijo alguna vez: “No hay algo más inútil que una escuela de periodismo”.  Entiendo su desesperación frente a la avalancha de “comunicadores” quienes, registran bien ante la cámara o con su voz, tienen seguidores, tienen acuerdos monetarios o compromisos políticos declarados o se sirven de una plataforma pública para sus propios intereses.

Su artículo aborda entre otras complejidades, la “entrevista” que realizó Sean Penn a uno de los narcotraficantes más buscados. Hay un grado de fascinación por ser el primero en decir algo sobre un tema que detone ganancias millonarias. Y todo el circo mediático al que también se prestó la legendaria revista Rolling Stone, se encuentra dentro la trama de una gran novela que sigue entregando capítulos cada día.

En lugar de la “entrevista” que publica esta revista, hay una narrativa condicionada por el entrevistado. ¿Otra más Rolling Stone? Ya teníamos suficiente con tu portada de Enrique Peña Nieto. Pero se entiende su mecanismo: el dinero tiene una música hechizante, también.

Como bien dice Sanjuana en otro momento: “ El periodista se convierte entonces en un ‘tonto útil’ usado para aumentar el ego del personaje y de sí mismo”. Si Sean Pen no es periodista, hizo el trabajo de uno de ellos, pero nulo, condicionado por el poder y por la supervisión de los comunicados.

Martínez no solo hunde el dedo en Penn, también recuerda la controversial entrevista que el maestro Julio Scherer, invaluable y emblemática figura para los periodistas, hiciera a otro narcotraficante, en donde una fotografía lo muestra bajo su abrazo. Sanjuana, con el conocimiento que le otorga haber trabajado 20 años con él, dice que esta fotografía fue un error que “desvaneció el equilibrio y la distancia necesaria que el periodista debe procurar a fin de evitar ser engullido por el entrevistado”.

Scherer fue una influencia capital para quienes estudiamos hace más de 15 años, la carrera de ciencias de la comunicación. También recuerdo al escritor Wünter Wallraff y “El periodista indeseable”, escrito por él en 1977. Una joya de periodismo de investigación.

Wallraff, para la dignidad del periodismo y para la vergüenza de “periodistas” y “comunicadores”, tiene 73 años. Su vida sí que es una novela, y una novela llena con sus incursiones ilegales a campos de trabajo y zonas en conflicto, que hacen palidecer las apologías del poder de otros. 

Gracias Carmen Aristegui, Sorjuana Martínez, Alejandro Páez Varela y Denise Dresser en el país, y a Jesús Peña aquí en la ciudad, quienes forman parte de ese ejército de escribanos y directores de medios que no abandonan la necesaria discusión con el poder. Su trabajo ayuda a contemplar la belleza que hay en revelar la verdad, por más que sangre, por más que sea putrefacta.

claudiadesierto@gmail.com