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Otras 10 razones para demostrar que, en Coahuila, las elecciones no siempre se ganan ‘en las urnas’
La semana pasada recapitulé 15 razones para demostrar que, en Coahuila, las elecciones no siempre se ganan “en las urnas” como pregona el magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, José Luis Vargas, quien junto a seis juzgadores más tiene la calificación de los comicios de Gobernador en su escritorio.
Por cuestión de espacio enunciaré otros 10 motivos deliberadamente ajenos a la fiscalización de la campaña y, por ende, al agravio de moda que ha monopolizado la opinión púbica los últimos tres meses: el rebase del tope de gastos.
16. Asalto de casillas, destrucción de paquetes electorales y robo de urnas. Lo más importante: sin detenidos ni mucho menos consignados. Si bien fueron sólo siete, el Consejo Local electoral del INE calificó los hechos ocurridos el 4 de junio como un intento por “desestabilizar” y “descalificar” las elecciones. Cabe señalar que no sucedió en el Estado de México ni en Nayarit que también votaron por Gobernador el mismo día.
17. La omisión de entregar en tiempo y forma a la FEPADE los elementos probatorios que recabó la Procuraduría General de Justicia del Estado a propósito de los incidentes mencionados en el punto anterior, contaminando así las pruebas del delito.
18. Funcionarios de casilla extraordinariamente sustituidos por “el primero de la fila”. No fueron tres o cuatro los que no se presentaron a cumplir su obligación sino al menos un integrante de la mesa directiva en 8.23 por ciento de las casillas (entre 298 y 2086 personas, debido a que no lo precisó el INE), cifra superior a los remplazados en el Estado de México (7.24 por ciento) y Nayarit (3.94 por ciento). Difícil minimizar el fenómeno.
19. El resguardo de los paquetes electorales por parte de “Fuerza Coahuila” en las 72 horas posteriores al cierre de casillas. No necesita mayor explicación.
20. Que los debates, elemento central e inédito del proceso 2016-2017, hayan sido calendarizados premeditadamente por el Instituto Electoral de Coahuila un mes antes de la votación para reducir al máximo su impacto en la decisión del ciudadano, y mantener así el statu quo.
21. El cateo de una bodega que hizo la FEPADE, en Torreón, donde aseguraron 13 mil colchas y cobijas adquiridas con recursos del Fonden pero que no fueron entregadas a los damnificados de un desastre natural en la región, y pretendían utilizarse con fines electorales para favorecer a Miguel Riquelme, como aseguró el Fiscal de la dependencia recientemente depuesto, Santiago Nieto Castillo.
22. Reparto indiscriminado de tinacos con la leyenda “Coahuila Avanza” del Gobierno estatal días antes de iniciar las campañas electorales, a través de “gestoras sociales” del PRI como documentó el periódico Reforma.
23. Envío a medios de comunicación locales, durante la veda electoral (del 1 al 4 de junio) y desde la cuenta oficial para difusión de boletines de la Secretaría de Gobierno, de una llamada telefónica privada intervenida al candidato de Morena, Armando Guadiana, con el objetivo de denostarlo.
24. Las constantes llamadas por la madrugada a teléfonos fijos, a nombre de Guillermo Anaya, candidato de la Coalición “Alianza Ciudadana por Coahuila”, para generar animadversión hacia él en el periodo de campaña. Hostigamiento similar al experimentado en el Estado de México para perjudicar a la candidata de Morena, Delfina Gómez Álvarez.
25. Ciberacoso a quienes respaldaron con su rúbrica la candidatura independiente de Javier Guerrero mediante amenazas para desalentar su voto, como la comisión de un delito electoral inexistente. Lo peligroso del tema es que los datos personales sólo pudieron haberse obtenido de las cédulas de apoyo ciudadano entregadas al Instituto Electoral de Coahuila (187 mil 642 firmas).
CORTITA Y AL PIE
La lista, como es obvio, complementa la que aquí se desplegó el domingo anterior y se integra por eventos que deben apreciarse concatenados entre sí, no aislados. Veinticinco argumentos consolidados y verificables que no se pueden desestimar a la ligera. Enunciativos, aunque no limitativos. Como la naturaleza temporal de las irregularidades: antes, durante y después de la jornada electoral. Es decir, sistemáticas. Mismas que configuran una “Elección de Estado”.
LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS
¿Ya se cansó del tema?, ¿ya se aburrió?, ¿ya se resignó?
Por qué, si a 140 días de la jornada electoral nada se ha resuelto. Por lo demás, en 2015 se anularon las elecciones de Gobernador en Colima un 23 de octubre, tan solo 9 días antes de la toma de posesión (1 de noviembre).
Lo anterior equivale a que, en el caso que nos ocupa, Coahuila, se anulasen un 22 de noviembre por ejemplo. Dentro de un mes.
@luiscarlosplata