Las tradiciones de llevar música, flores y montar un altar a los seres queridos siempre van de la mano con saborear el pan de muerto considerado como de “fiesta”, pues solamente se hace una vez al año. 

La historia cuenta que los aztecas hacían sacrificios humanos, arrancaban el corazón de un guerrero y lo ofrecían. Aunque en la época de La Conquista los españoles quitaron esa tradición, los aztecas la preservaron a través de forma de pan. 

Una de las panaderías con más tradición en Saltillo es “El Radio”, ubicada sobre la calle Múzquiz entre Juan Ignacio Rayón y Nicolás Bravo, en la Zona Centro. Fundada desde 1920 ha pasado por 95 años de tradición en la venta de Pan de Muerto. 

En los últimos 6 días la producción de pan ha sido de 600 piezas, 100 diarias, aproximadamente. En el 2014, la venta fue similar a la de este año y sus clientes son solamente personas que viven en el perímetro del negocio. 

En cambio, la panadería “La Española”, ubicada en calle Matamoros y José Cárdenas Valdés, colonia República, tan sólo este año realizó una producción estimada en 20 mil piezas desde octubre, —10 mil en los últimos 3 días, una cifra similar a la del año pasado—, pues además de vender al público comercializan en comedores industriales, lo que ofrece ventaja de expansión frente a la competencia. 

“En estas fechas siempre trabajamos 2 turnos porque tenemos mucho trabajo, pero vale la pena”, dice uno de los trabajadores que tiene más de 17 años de experiencia. 

En “La Española”, a diferencia de otras panaderías y tiendas de conveniencia, se preserva la receta original del pan, pues sabe a mantequilla, leche y resalta el sabor a naranja. 

“En otras tiendas hasta empezaron a vender el pan relleno de cajeta. Pero nosotros siempre hemos buscado preservar la receta original, porque eso nos distingue”, comenta.  

Otro de los negocios de mayor tradición, aunque con bajas ventas de Pan de Muerto, es la panadería “San Francisco”, localizada sobre la calle General Cepeda y Comandante Leza, en la Zona Centro. 

La producción diaria en esta fecha ha disminuido porque algunos clientes, en su mayoría adultos mayores, padecen enfermedades como diabetes u obesidad, que les impide comer pan. 

“Ahorita están saliendo 54 piezas de Pan de Muerto, porque los clientes ya son personas que tienen prohibido comer pan. Además, con la llegada de otros negocios grandes (tiendas de conveniencia) la gente prefiere comprar allá, que en las panaderías tradicionales”, concluye una de las propietarias.