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Pandemia, cortinas de humo, alianzas y aberraciones
Sin lugar a dudas la pandemia que vivimos no tiene precedente en la historia reciente. Ninguno de los que ahora seguimos vivos habíamos experimentado una situación de tal magnitud. Pero como ya lo hemos comentado en otros momentos, ha sacado lo mejor y lo peor del género humano, y para otros tantos ha servido como una “cortina de humo” que han usado para seguir aprovechándose y sacando raja de la situación que nos ocupa y nos quita el sueño.
A nuestra gente le afecta y atemorizan los 98 millones 304 mil 096 personas contagiadas en el mundo y en concreto en nuestro País, el millón 732 mil 290 infectados; y todavía más, los 147 mil 614 decesos que hasta hoy sábado 23 de enero se contabilizan.
No creo que a nuestra población le apure tanto la división tan marcada que se vive a nivel Federal. O el reto, de un día sí y otro también, de los gobiernos estatales en relación con el ejecutivo federal que, por supuesto, en otro tiempo era inimaginable. O el querer irse por la libre sin entender y atender la importancia de una estructura organizacional que defiende a ultranza en sus organizaciones, pero no están dispuestos a respetar cuando no están a la punta. O el pegarle –indiscriminadamente– a todo aquello que no sea propuesto o impulsado por los partidos en los que militan, quienes a cualquier precio quieren conservar sus cotos de poder; politizándolo todo, absolutamente todo, y complicando la operación por todos los sectores particularmente en el sector salud. Para eso y para más les dará la pandemia.
Lo comento y le invito a reflexionar al respecto, porque hubiera sido impensable que en otro momento o en otro tiempo la sociedad no hubiese dejado pasar la aberración que representa la alianza PRI-PAN-PRD, pero hoy la pandemia ocupa absolutamente todo nuestro pensamiento y maniobra. Y aquí es donde en el afán de conseguir el poder, “el fin justifica los medios”.
Lo explico. ¿Ha oído usted hablar acerca del Iusnaturalismo y el Iuspositivismo? Bueno, todas organizaciones, instituciones y personas practicamos un pensamiento u otro. Por supuesto, sin lugar a dudas, los partidos políticos. Usted es iusnaturalista si está en contra del aborto, la eutanasia, la pena de muerte, los matrimonios entre personas del mismo sexo, las familias homoparentales. El iusnaturalismo es un pensamiento que afirma que, por encima de cualquier cosa, se debe de respetar el orden natural de las cosas, en concreto, el origen de los derechos humanos no reside en la ley o en los acuerdos, sino en la naturaleza propia del ser humano.
El iuspositivismo, por su parte, busca el consenso a partir de llevar una costumbre a tener carácter de ordenamiento jurídico, es decir, a tener carácter legal. Por ejemplo, la ley de despenalización del aborto que opera en la Ciudad de México y en Oaxaca. Aquí se llegó a un consenso y se determinó a través de una ley lo que el pueblo solicitó. A esto se le llama ley positiva. Para que lo entendamos mejor, un partido de derecha y quienes simpatizan con él, son iusnaturalistas y los partidos de izquierda siempre serán iuspositivistas. Habrá también quienes en casos particulares y utilizando la razón aprueben una situación u otra.
Pongo un ejemplo, el PAN se autopublicita como de “ideología humanista” y conservador. En la página tres de sus estatutos determina su ruta ideológica.
El PRI en su Declaración de Principios, fiel a su estilo, ni afirma ni niega. Habla de principios de los que no habla. Lo mismo pasa con su ideología: “Somos un partido que se sustenta en los principios ideológicos de la Revolución Mexicana, que plantea como postulados fundamentales el nacionalismo, las libertades, la democracia y la justicia social”, y dice el texto: “sostiene una tendencia ideológica que lo vincula a la corriente socialdemócrata de los partidos políticos contemporáneos”.
Ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario. Ahí como se den las cosas o como vaya saliendo. ¿De centro izquierda?, nos dijeron en últimos tiempos. Así o más miméticos.
Y finalmente el PRD un partido progresista de izquierda. Cualquier cosa que eso signifique. Miembro de la Internacional socialista. Bueno, saque sus conclusiones. ¿Conocerán la Internacional Socialista sus miembros? Evidentemente su postura en relación con los derechos humanos es el Iuspositivismo, es decir, a favor de las políticas públicas que determinen una sociedad particular, independientemente que vayan en contra de la ley natural.
Para no seguir ahondando. Todos los partidos tienen una ideología y una declaración de principios, eso es lo que les hace ser quienes son y eso está perfecto. Simple y llanamente, no hay compatibilidad ideológica y doctrinal entre los partidos de la Alianza. No dudo que en el papel los partidos tengan claro el tema de las convicciones, los ideales, los principios y los valores, pero nos queda claro que quienes los dirigen, no.
¿Alianza por México? ¿Conocerán los del PRD el proyecto ideológico de Heberto Castillo o el panismo, la férrea personalidad y convicciones de don Efraín González Luna o de don Manuel Gómez Morín? del priismo, ni hablar. Esta es la aberración a la que me refiero. Así las cosas.