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Parque hídrico, ¿la solución definitiva ante inundaciones?
La pregunta que todos nos hacemos en la capital de Coahuila, en cada ocasión en la cual se registran lluvias atípicas es, ¿por qué se inunda Saltillo?
Una alternativa a la pregunta anterior –que también nos hacemos los saltillenses– es: ¿qué es lo que no se ha hecho hasta ahora para que Saltillo deje de inundarse?
La respuesta a tales interrogantes habría llegado de la mano de un acuerdo del Cabildo de Saltillo que parece abrir la puerta al diseño y ejecución de una solución “definitiva” al problema de las inundaciones provocadas por lluvias atípicas: el desarrollo de un “parque hídrico”.
No se trata aún de la respuesta “real”, pero sí de una decisión de carácter “cautelar” que dará tiempo –al menos en teoría– a que se diseñe el proyecto que se pondrá en marcha para resolver el problema.
Y es que el Cabildo local decidió establecer dos zonas de reserva –porque tienen en el escritorio dos opciones para ejecutar– en las márgenes del arroyo “El Cuatro”, lo cual implica que se modificó el uso del suelo en tales áreas y sólo se liberará una de ellas cuando se haya tomado la decisión final.
“El problema es que si no bloqueas las dos, mientras tanto estás haciendo un proyecto para definir por dónde es el mejor lugar para la obra, lo que te puede pasar es que te soliciten un permiso de fraccionamiento y tú no se los puedes detener”, explicó un integrante del Cabildo.
Se trata, bien puede afirmarse, de una decisión “audaz” por parte del Ayuntamiento, pues implica –al menos temporalmente– afectar los derechos de desarrollo del área que finalmente será liberada.
Sin embargo, se trata también de una decisión que rema en favor del interés público, pues de esta forma se asegura que se cuente con el tiempo suficiente para estudiar con detenimiento las opciones existentes y se elija, al final, el mejor proyecto.
En este último sentido, se trata de una decisión infrecuente en el sector público mexicano, en donde suelen imponerse los intereses económicos, cuando no los circuitos de corrupción, impidiendo que sean los mejores criterios técnicos los que definan el desarrollo urbano.
Conviene ser cautos, desde luego, en eso de echar las campanas al vuelo y habrá que seguir de cerca el desarrollo de este episodio de la vida pública de nuestra ciudad, que bien puede convertirse en un buen ejemplo de políticas públicas para mejorar la calidad de vida de los saltillenses.
Convendría en este sentido, que el Ayuntamiento de Saltillo se comprometa con los criterios de máxima transparencia y ponga a disposición del público toda la información relativa a ambas alternativas, de tal forma que se “blinde” la decisión final porque todo mundo pueda constatar que esta obedeció únicamente a criterios técnicos.
Por lo pronto, habrá que saludar este primer paso dado en la dirección correcta, pues con él se ha colocado a la ciudad en el proceso de caminar hacia la corrección de los errores cometidos en el pasado y de los cuales deriva el grave problema de inundaciones que padecemos.