ESTIMADA ANA:
Mi esposo y yo nos quedamos sin trabajo con diferencia de unas cuantas semanas solamente. Tenemos 8 años de casados y los dos tenemos 31 años.

 Nuestros hijos todavía están pequeños, la mayor tiene 4 y el más pequeño apenas tiene un año con 8 meses y afortunadamente no tenemos gastos fuertes de colegiaturas.

 La casa en la que hemos estado viviendo desde que nos casamos tenemos que entregarla dentro de unos días porque se terminó el contrato de renta y los dueños quieren desocuparla para ponerla en venta.

 No podemos comprarla porque no tenemos la posibilidad económica. Y aunque a los dos nos dieron una cantidad por el finiquito, no queremos disponer por el momento de ese dinero porque no sabemos cuánto tiempo más vamos a estar sin empleo. La única opción en la que estoy pensando para solucionar temporalmente nuestro problema es hablar con mis papás y ver la posibilidad de irnos a vivir a la planta alta de su casa que está desocupada.

 Me preocupa que nunca ha habido una relación muy cordial entre mis papás y mi esposo y todo se complica porque desde el año pasado mi esposo tiene una infección en la piel que no se ha podido controlar. De hecho yo pienso que ese fue uno de los motivos por los que le despidieron de su trabajo, pues debido a tantos tratamientos y constantes consultas, faltaba mucho.

 Son decisiones que tenemos que tomar lo más pronto posible para comenzar con la mudanza pero aún no me atrevo a hablar con mis papás. La única que sabe de mi situación real es mi hermana mayor y según ella, no cree que haya problema ni por el resto de mis hermanos, ni por mis papás si nos vamos a vivir con ellos.

 El problema es que no tengo idea cuánto tiempo vamos a estar con ellos, pues aunque los dos hemos estado enviando solicitudes de trabajo, no nos han hablado.

 Lo único que puede beneficiar es que afortunadamente no tenemos deudas de ningún tipo y con lo que nos dieron de finiquito podemos vivir por un buen tiempo, aunque sé que no es lo idea.

 No sé qué hacer, hay días en que me siento muy angustiada y aturdida porque no sé por dónde comenzar. Mi hermana me dice que pierda el miedo, que son situaciones que pasan a lo largo de la vida de cualquier persona y que está segura que mis papás me van a apoyar. ¿Usted qué piensa? Gracias por su atención, 

Cristina
 
ESTIMADA CRISTINA:
En primera instancia no es fácil pensar en regresar a vivir a casa de los papás, con toda una familia y con las dificultades que puedan presentarse por el hecho de la convivencia diaria.

 Creo que debes de tener en cuenta que al regresar a casa de tus papás con tu esposo e hijos es algo meramente temporal hasta que su situación económica mejore y puedan independizarse de nuevo.

 Pero aún así, tu actitud debe de favorecer la relación entre tu esposo y tus padres y de esta manera la diaria convivencia fluirá de la mejor manera. Pero definitivamente el primer paso es hablar con ellos y explicarles que necesita su apoyo en estos momentos, que todo será temporal y que agradecerías que pudieran hacer eso por ti y por tu familia.

 Te aseguro que si ellos te ven con esa actitud no dudarán de brindarte su apoyo a pesar de esas dificultades que comentas que se han dado específicamente con tu esposo.

 Por otra parte, es importante que tanto tú como tu esposo aprendan a manejar sus emociones y aprender de la crisis por la que están pasando. No dudes que de cualquier crisis por la que atravesamos se aprende algo, siempre deja una gran enseñanza a nivel personal, familiar y social.

 No olvides que regresar con tus papás es solo una solución temporal y que no deben de dejar de buscar sus empleos que les permitan tranquilidad y estabilidad como familia.
 
ANA