Payaso en circo ajeno; mago en el propio

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Payaso en circo ajeno; mago en el propio

Normalmente no soy pesimista, pero debemos ser conscientes que se ha formado una tormenta perfecta en la que los factores se alinean como pocas veces a nivel global. Mientras, en México, estamos distraídos con la última ocurrencia del Presidente y su 4T. Y sí, es relevante ver lo que sucede a nivel local –aunque sea complicado navegar entre tanta amlofobia y amlofilia– para entender los alcances de las decisiones de Gobierno, pero aunque de pronto hicieran todo (o algo) bien, pareciera que estamos en un remolino del que será difícil zafarse. Es claro que México no crece como urge y sigue sin ser un Estado de derecho, donde el monopolio de la violencia no está en manos del Gobierno. Sabemos que no será con abrazos o buenas intenciones que los grandes problemas se resolverán. Pero volteemos por ahora a otros lugares y tratemos de entender lo que sucede a nuestro alrededor.

El mundo está polarizado, tanto o más que México. Países y regiones enteras viven crisis en las que los payasos se adueñaron del circo y controlan por lo menos dos de las tres pistas. Sus opositores (los domadores o trapecistas) no figuran y parecen perdidos. Según la orientación política y económica de quienes se encuentran en los extremos, alguien verá al payaso en el circo ajeno y al mago en el propio. Los que se consideran de derecha o conservadores apuntarán el dedo a Venezuela (economía destrozada), a Bolivia (fraude electoral) o incluso a México (estancamiento marca 4T). Los de izquierda o liberales señalarán orgullosos y festivos el desorden en Chile, el nuevo fracaso en Argentina (esta vez de un gobierno de derecha), o las protestas en Ecuador (donde se suponía tenían presidente de izquierda). Europa es su propia isla de problemas. Alemania en recesión. Italia con un primer ministro al año. España con una crisis de identidad y sus propias manifestaciones (separatistas) internas. Gran Bretaña deshojando el ramo completo de las margaritas tratando de decidir si se queda o se va de su pacto con la Unión Europea. Francia viendo como trabajar menos y tener más huelgas y prestaciones sociales. El continente entero tratando de entender el nuevo fenómeno migratorio que a su vez genera campo fértil para el racismo y la intolerancia, pero también para un populismo barato y miope de izquierda. China, hasta hace poco el segundo motor de la economía mundial, incapaz de negociar y salvar cara al mismo tiempo (requisito indispensable en ese país) en su relación con Trump y en encontrar una salida razonable al tema de Hong Kong. Vamos, hasta el Vaticano está actualmente polarizado entre quienes quieren sacerdotes casados u ordenación de mujeres y quienes pretenden que lo normal sean las costumbres del siglo 17.

Y así, los manifestantes en las calles de un país serán considerados héroes, mientras en otro son terroristas. Los balances del pasado, con potencias alineadas en extremos distintos, ya no parecen existir. La moderación ha muerto. El presidente Trump parece ser capaz de todo, menos de criticar a Rusia o a Putin, y sus opositores quieren convertir a Estados Unidos en la Francia socialista de América. Los amigos de Estados Unidos ya no saben qué esperar y han tomado su distancia. Por su parte Putin parece ser el único que sabe manejar su circo. No se equivoca y parece ser un maestro del ajedrez geopolítico. Es el payaso de la cara seria y de los pocos chistes. Es el payaso de tus pesadillas, ese que te hacía llorar y no reír, pero el único que parece tener un plan, disciplina y los medios para ejecutarlo.

El mundo sufre de una crisis de ideologías y de una sobreoferta de ocurrencias. Es un error pensar que se necesita solamente una ideología; sería suficiente que las ideologías de izquierda o derecha no sigan cayendo en el populismo cortoplacista que todos saben es insostenible y en el extremismo que descobijará a muchos. Urge la ideología (de cualquier color) sensata y moderada, especialmente cuando al incendio se le agrega la gasolina del estancamiento económico. Los países no crecen y los payasos no se dan cuenta que es de ahí de donde salen los recursos para sus trucos.

@josedenigris

josedenigris@yahoo.com