Se la bañaron. Ciento treinta y siete comerciales en un juego de futbol que duró 152 minutos -incluyendo la premiación- muchos de ellos invadiendo la pantalla, cortando jugadas importantes, enfocando a todo lo ancho la cancha para darle prioridad a sus anunciantes y narradores como el “Perro” Bermúdez olvidados del juego y “ladrando” -al fin “perro”- como desquiciado las partituras publicitarias que espoleaban al público a apostar en Caliente, a llamar por los celulares de las tres letras y hostigando inmisericordemente a la audiencia a que consuma alimentos y bebidas chatarra.

Así fue la final del futbol mexicano transmitida por la televisora dueña del América -y también de los derechos- que aunque permitió previo pago de una lanota que su competencia pasara también el juego, se adueñó del rating mediante una estratagema tecnológica que provocó en la televisora del Ajusco, interrupciones, retrasos y retardos temporales a los que técnicamente se les conoce como latencia.

Les platico: Un empresario que le sabe muy bien a éste negocio, me explicó que técnicamente lo que se vio la noche del domingo fue la transmisión de un juego por el “canal de las estrellas” y la retransmisión del mismo por los de la otra televisora.

Claro, la diferencia fue de milisegundos (1/1000 s) pero para los oídos y ojos muy sensibles, fue notorio y según un muestreo que hicimos durante la hora siguiente a la terminación del juego, fueron muchísimos los que se dieron cuenta de eso.

Cierto desfasamiento entre el video y el audio es la forma más sencilla de detectar la latencia, que en lenguaje de especialistas es la suma de retardos temporales dentro de la transmisión en una misma red.

Ese retardo es producido por la demora en la propagación y transmisión de los paquetes informativos (la final de futbol fue un paquete informativo) dentro de la red.

La mayoría de las veces, la latencia ocurre debido al tipo de tecnología que se utiliza y no es premeditada, pero en el caso del juego entre Rayados y América, fue deliberada. Así se las gastan los que mueven los hilos de la televisión comercial en México.

Y dejando de lado esas “minucias tecnológicas”, a juzgar por lo que vimos en la transmisión del “canal de las estrellas”, de verdad que deben de estar pasando por muy malos momentos económicos, porque vender tan descaradamente los espacios de transmisión de un juego tan importante, revela su nivel de desesperación por captar clientes.

Escuchando al “Perro” Bermúdez hacerla de merolico me hizo pensar que hubiera sido mejor para él que lo dejaran unos años más en el exilio norteamericano que el señor Azcárraga le decretó sabrá el Dios de Spinoza por qué razones.

Un productor de televisión con 33 años de experiencia, me explicó que lo que hizo Televisa -ahora sí, permítaseme dar su nombre- en el juego de la final del futbol mexicano, fue una burla para los espectadores.

Las pautas publicitarias -me dijo- siempre están supeditadas a aplicarse en los “huecos” que el desarrollo del juego va dando, por ejemplo, en el caso del soccer, un balón fuera de la cancha, el cambio de un jugador por otro, uno retorciéndose como poseído al sufrir un inocente pisotón, un saque de meta.

Y en esos momentos es donde los comerciales hacen su aparición. Pero en la transmisión de juego de marras, se rompió ese precedente y -según mi fuente- esto es un agravio para el tele espectador.. y también para los anunciantes.

Porque ¿en qué cabeza cabe que los dueños de las marcas de anunciantes que fueron “protagonistas” de la final del fut mexicano, hayan permitido que sus nombres aparecieran en la pantalla invadiendo las incidencias del juego o interrumpiéndolas?

Un sondeo paralelo al final del juego reveló que en redes sociales, la inconformidad de los aficionados fue tal, que ya se está hablando de boicotear los productos que fueron anunciados durante dicha transmisión. El agravio -me dicen- fue mayúsculo.

Y los mercadólogos de las marcas que aparecen en los uniformes de los Rayados y del América? BBVA, AT&T, Home Depot, Tecate, Oxxo Gas, HEB, Chilchota, Caliente, Bridgstone, Puma? ¿Tienen algo qué decir al respecto?

¿Sabían que las pautas publicitarias de Televisa estarían cortando el juego y narrándolo cómo lo hicieron los “comentaristas” gritones”?

¿Los televisos los engañaron también a ellos o se prestaron a ese “juego” perverso de anunciarse aún a costa de ganarse mentadas de madre cada vez que los logos y anuncios de sus empresas aparecían en pantalla bloqueando una jugada o cortándola o escuchar ladrar al Perro sus merolicadas aclichadas?

¿Esa es parte de su estrategia de publicidad para ganarse compradores, usuarios o cuentahabientes?

¿Echándose encima a los aficionados al futbol, quieren posicionar sus marcas y desplazar a sus competidores?

CAJÓN DE SASTRE

“¿En qué escuela aprendieron esos conatos de anunciantes la mamarrachada de publicidad que exhibieron en el juego más importante de la temporada del futbol mexicano? Está para que sus jefes los corran. Y no tienen qué ir a la escuela para saber cómo se deben hacer las cosas; basta con que vean cualquier transmisión de las cadenas norteamericanas de ese deporte y otros, como el americano, el basquetbol o el mismo soccer”, dice la irreverente de mi Gaby, quien, lo mismo que yo, deseamos a nuestros tres lectores que en el año 2020 que esta noche empieza, sean felices, felices, felices, como dice ya saben quién.

placido.garza@gmail.com