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Pesadillas neoliberales
Arriba de un Uber, en la ciudad de México, escucho al conductor:
-Deje usted que construyan el aeropuerto, todavía falta el cuello de botella que es llegar allá. Está lejos y es una vía pequeña de ida y vuelta. Se va a hacer un embotellamiento tremendo y luego van a decir que necesitan ampliar la carretera para llegar allá, más dinero por millones.
Dice que el aeropuerto actual debe ser rehabilitado y complementado con otras pistas, tal y como lo anuncian algunos expertos. Sí, este tema por primera vez, reúne la inquietud de diferentes grupos poblacionales en toda la República Mexicana. Es por supuesto un tema complejo, que tiene partidarios a favor y en contra.
El territorio en el que incide esta propuesta, para hacer viable su construcción, tiene qué ver con la desecación de cuerpos de agua que habían fluido por generaciones, y solo como cultura general para todos nosotros, este territorio en debate, se encuentra en una zona emblemática del país: el lago de Texcoco, que por cierto, se encuentra impreso en la bandera nacional.
Y aquí me permito incluir un fragmento de un ensayo que me hicieron llegar, titulado “¿Superpoblación o sobreconsumo? Malthusianismo práctico, exclusión global y población sobrante”, escrito por Imano Zubero de la Universidad del País Vasco. Como buen ensayo, incluye las visiones de expertos, en el tema de medio ambiente. Aquí destaco una cita que me permite enlazar la voz y el voto de la mayoría de la población –en esta caso mexicana- que son los pobres, como elementos de uso en periodos electorales para que las estructuras de gobierno accedan a puestos y toma decisiones, y a quienes ya no toman en cuenta, al llegar a los puestos para los que fueron elegidos por dicha población:
“Sin la colaboración de los pobres, los problemas medioambientales del mundo no podrán resolverse. En estos momentos, sin embargo, los pobres de la Tierra tienen escasos motivos para atender nuestras súplicas de colaboración. Muchos de ellos son conscientes de que los ricos están dilapidando absurdamente el patrimonio común de la humanidad, y todos los pueblos pobres saben perfectamente que los ricos tienen la capacidad de contemplar sus sufrimientos sin pestañear”. Esta cita es de Paul Ehrlich, Premio Nobel de Medicina.
Compartiré puntos de vista sobre el uso y la calificación o descalificación del grueso de la población en temas ambientales o de desarrollo. Los gobernantes confían en la decisión de dicha población en las urnas, hacen incluso loas discursivas en este sentido. Posteriormente descalifican esas voces, cuando existen consultas en el territorio nacional. Apelan a la opinión de expertos, quienes por cierto, ya han expresado sus puntos de vista. Uno de los elementos para descalificar una consulta ciudadana, es la ausencia de conocimiento en el tema. Sabemos que este tema no ha sido zanjado y vienen mayores puntos de conflicto. A la par, muchos ciudadanos se preguntan si los políticos que acceden a cargos públicos tienen la experiencia y la formación académica para estar en esos puestos.
El aeropuerto, la construcción de ciudades sin control, el uso desproporcionado de los recursos, nos lleva a un horizonte de escasez y pugna cada vez mayor.
Así, quiero, para finalizar, incorporar a esta reflexión, otra cita del ensayo referido, en palabras de Melucci: “la pregunta no es tanto cuántos seres humanos podrá sustentar la Tierra, sino cuántos seres humanos con según que estilo de vida podrá sustentar la Tierra. Por eso, el problema fundamental no es la desigualdad. Somos privilegiados no porque poseemos más, sino porque poseemos en lugar de aquellos que están desposeídos”.