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Policías heridos cuentan su versión de Nochixtlán; reconocen uso de armas
Uno de los policías Federales que participó en el enfrentamiento con maestros en Nochixtlán, Oaxaca el pasado 19 de junio, reconoció que llevaba su arma de cargo calibre 9 mm y tuvo que accionarla, sin embargo otra de sus compañeras lesionadas, lo contradijo y aseguró que sólo llevaban su equipo antimotines.
Ante diputados y senadores que integran la Comisión Especial que investiga los hechos violentos, los elementos policiacos, que usaron seudónimos, narraron las agresiones que sufrieron, algunos de ellos a quienes les ocasionaron múltiples lesiones con machete, palos y patadas.
“Luisa”, elemento de la Policía Federal, narró que en el enfrentamiento le quitaron todo lo que traía: guantes, anillos, teléfono, “me dieron patadas en la cara, me gritaban y pegaron en la espalda con palos”. Dijo que una ambulancia los intentó rescatar a ella y cuatro compañeros más, sin embargo los pobladores dieron alcance al vehículo, le poncharon las llantas y aun así logró llegar hasta la iglesia del pueblo donde fueron resguardados.
“Ya en la tarde entró el padre y nos dijo que ya podíamos salir, porque estábamos escondidos, que ya los había calmado, que les dijo que esa era casa de oración, que no vinieran a hacer su alboroto”
En respuesta a la pregunta de quién está detrás de estos grupos que los agredieron, Luisa señaló que en la plaza del pueblo los líderes de la CNTE pasaban lista a los presidentes municipales que los apoyaban en su movimiento.
“Juan”, otro elemento de la Policía Federal, dijo que en el operativo para desalojar a los manifestantes de la autopista que comunica a la ciudad de Oaxaca con la Ciudad de México, fue sorprendido por varias personas encapuchadas con palos y machetes, “me golpearon en la cabeza con un palo y me cortaron la mano con un machete”. Narró que logró recuperar la mano gracias al cuidado de unos pobladores que lo ayudaron a escapar vestido de civil.
En su intervención ante diputados y senadores, describió que los manifestantes le gritaban que lo iban a matar y a quemar.