Cuando la conductora Alejandra Valdés Ávalos prensó con su auto, el pasado 20 de julio, a dos trabajadores de Servicios Primarios municipales.

No vio las torretas encendidas.

No vio la pipa de riego.

No vio las franjas fluorescentes en el chaleco y pantalón de sus víctimas.

No vio a los dos trabajadores a quienes prensó amputándoles las piernas. Antonio Villegas murió la mañana del jueves 21 de julio y Enrique Guerrero Chaires está grave.

Tampoco vio la obligación moral de responder por sus actos.  

Del lado de la Justicia omitieron o desaparecieron el dictamen de alcoholemia que marcaba completo estado de ebriedad.

Así las cosas. El expediente incompleto por error de omisión o por omisión pagada, libran a esta automovilista del status de homicidio culposo con el  agravante de completo estado de ebriedad a la hora de los hechos.

Después de 18 días transcurridos, la PGJE destituye a la agente del Ministerio Público Elisa Valdez García y al coordinador Rafael Martínez de la Rosa del Cuarto Grupo de Homicidios de la Procuraduría de Justicia. 

A Enrique Guerrero Chaires, de 48 años, tendrán que amputarle la otra pierna y está grave. 

Cercenar vidas humanas en vez de acudir al programa AA que ha salvado las vidas de miles de mexicanos desde 1945 en México.

Cada alcohólic@ que no quiera aceptar que tiene un problema y cree que sólo depende de su voluntad para pedir ayuda, es un homicida en potencia. Estas personas son un negativo para sí mismas, su familia, la comunidad, la ciudad, el Estado, el País.

En cambio, quienes recuperan su sobriedad y la mantienen son personas admirables y dignas de respeto. Libres de verdad. Miles han demostrado que sí se puede.

¡Decídete a ser feliz hoy!        

   @_A_lfonsina