Los zoólogos consideran que los insectos y otros artrópodos como las arañas, son especialmente sensibles a los cambios de presión atmosférica. Desde el punto de vista evolutivo, es razonable esperar que esos animales, por lo general pequeños, estén adaptados para evitar lluvias o temporales que puedan causarles lesiones o la muerte.
Un estudio publicado en la revista científica PLoS One analizó el comportamiento de escarabajos, pulgones y polillas en varias condiciones de presión atmosférica; y encontró que todos modificaron su comportamiento según los cambios barométricos.
Esas investigaciones podrían explicar por qué las abejas regresan a sus colmenas antes de una tormenta, y por qué las telarañas vacías suelen presagiar lluvia, ya que los arácnidos son muy sensibles a cambios de presión atmosférica, y obedecen a esos cambios ocultándose en sus nidos).
Otros estudios han documentado cómo los tiburones se alejan de la costa en busca de aguas más profundas antes de la llegada de un huracán.
Los expertos sostienen que también tienen mérito algunos dichos populares que relacionan los animales con el tiempo. Es el caso de ‘cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo’, ya que el aire frío es denso y esto podría dificultar el vuelo en altura.
Pero también hay muchas supersticiones. “No todo lo que se dice por ahí sobre los animales y el tiempo es cierto”, dice el meteorólogo. “Tendríamos que ir caso por caso evaluando el fundamento de cada tradición”.