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PRI merece perder por corrupción y AMLO no respeta la democracia: Enrique Krauze
El escritor e historiador argumentó que el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha dicho que no cree en la democracia mexicana y no confía en el árbitro, el Instituto Nacional Electoral (INE), pues desde las elecciones de 2006 ha mostrado desdén por las instituciones de democracia liberal.
Enrique Krauze señala que México ahora es una democracia, pero hay un profundo descontento con sus resultados. La mayoría de los mexicanos resienten, y con razón, el escaso crecimiento económico de las últimas décadas y la persistencia de la pobreza y la desigualdad. Según él, cuatro terribles problemas complican esta situación: violencia, inseguridad, impunidad y corrupción. Frente a este balance desolador, la reacción natural en cualquier democracia es castigar al Gobierno en el poder.
En el artículo "¿The end of mexican democracy?" recordó que 1928 el presidente Plutarco Elías Calles declaró el fin de la era de los caudillos, "el país de un hombre", sin embargo, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se convirtió en una “monarquía absoluta con ropajes republicanos, con un nuevo rey cada seis años”.
Por lo tanto, afirma, José Antonio Meade, candidato del PRI, ha sufrido las consecuencias, quedando muy rezagado en las encuestas. Si las perspectivas actuales no cambian, Krauze pronostica que la lucha por la Presidencia probablemente se resuelva entre Andrés Manuel López Obrador, candidato de Morena, que lidera con 11 puntos en las urnas, y Ricardo Anaya, candidato del PAN, en alianza con el PRD y Movimiento Ciudadano.
Para el también ensayista, los electores aún no pueden juzgar a Anaya pues no ha planteado un programa. Además, indica que el Gobierno ha creado una campaña contra el panista, y que si éste "sobrevive" al ataque podrá ser un candidato competitivo.
Krauze se tomó 14 párrafos para repetir otra vez nada. Y un quinceavo para especular que AMLO quiere suprimir a los medios de comunicación y la división de poderes. https://t.co/A1fm3DV7CU
— Andrés Lajous (@andreslajous) 7 de marzo de 2018
-Oye Mario (Vargas Llosa), necesito que me hagas un favorcito.
-Mi Quique (Krauze), lo que tú me digas.
-Le están pegando muy duro a mi candidato. ¿Puedes hacer un alboroto?
-¿Con qué?
-Ya sabes, lo de siempre: populismo, AMLO, peligro.
-Claro; a ti Quique, lo que quieras.— Jorge Gómez Naredo (@jgnaredo) 1 de marzo de 2018
"Los votantes hasta ahora no tienen forma de juzgar a Anaya porque no ha presentado un programa detallado. El actual Gobierno priista ha respondido a la disminución de la popularidad de su candidato al usar la oficina del Fiscal General para fines políticos, creando una campaña mediática contra Anaya por un presunto caso de corrupción. Si sobrevive a ese ataque y llega al inicio formal de la campaña el 30 de marzo, el panista habrá mostrado determinación y podrá convertirse en un candidato competitivo", afirma.
Sobre López Obrador, Krauze indica que los votantes deben considerar cuidadosamente lo que quiere decir cuando plantea un "cambio de régimen". Afirma que el candidato de Morena sigue mostrando desdén por las instituciones de la democracia liberal.
"'Al diablo con sus instituciones', dijo en 2006 y no ha negado su afirmación. Además, recientemente acusó a la Corte Suprema de ser un instrumento de la oligarquía utilizada para dominar a la gente", escribe Krauze.
Para el intelectual, existe un vínculo genuino de fervor religioso (que parece ser mesiánico) entre López Obrador y sus seguidores. Por ello, plantea el historiador, López Obrador ha mostrado una intolerancia inflexible hacia las críticas de los medios e intelectuales.
"Si López Obrador eligiera incitar a movilizaciones populares y plebiscitos, su Gobierno podría convocar a una Asamblea Constituyente y avanzar hacia la anulación de la división de poderes y la subordinación de la Corte Suprema y otras instituciones autónomas, después de restringir la libertad de los medios y silenciar voces disidentes", indica.
"En tales circunstancias, México podría convertirse una vez más en una monarquía, aunque mesiánica y en el estilo de un caudillo sin vestimenta republicana: 'el país de un sólo hombre'.
Con información de medios