¿Qué es lo Importante?

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¿Qué es lo Importante?

Tenemos presidente nuevo. Uno convencido que transformará a México. Sus seguidores más fieles parecen pensar que la toma de posesión era el fin y no el medio para lograr la transformación. El diagnóstico es claro: el País lleva 30 años avanzando a pasos pequeños y dolorosos, generando 50 millones de pobres. La violencia e inseguridad están en niveles no vistos desde la Revolución de 1910. Las administraciones pasadas dejan una frágil estabilidad en las variables macroeconómicas, impulsada por políticas que no se hablan entre sí y que no pudieron aterrizar al nivel del ciudadano de a pie. Mientras, quienes han manejado el País se han enriquecido de manera ofensiva e impune. Corremos el riesgo que esa impunidad se perdone y pasar de una impunidad solapada por el gobierno a una impunidad certificada y avalada por el gobierno. 

Sí, todo esto suena relevante, especialmente al inicio de un sexenio. Sin embargo, quisiera yo compartirles mi percepción de que esto no es lo verdaderamente importante para los ciudadanos. Sí, todos tenemos mayor o menor dependencia de lo que haga o deje de hacer un presidente o gabinete; sin duda nos afectará, para bien o para mal, el tono y la profundidad de la llamada Cuarta Transformación. Pero no podemos dejar en manos de alguien la totalidad de nuestra felicidad y ánimo diarios. Como está ya demostrado, los memes, las críticas, los chistes, las noticias falsas seguirán llegando a nuestros oídos y ojos, por eso suena razonable procurar distraernos con lo realmente relevante. No se trata de desconectarse o rehuir a la responsabilidad de participar con nuestra voz y acciones, solamente “bajarle dos rayitas” a cómo nos afecta lo que no podemos controlar.
Por eso les propongo un ejercicio simple. Volteen atrás en el tiempo, busquen las memorias que han sido sepultadas por el huracán de información que sufrimos cada día en redes sociales y medios. Reaprendamos a vivir como vivíamos en esos tiempos que no teníamos redes sociales. Tomemos menos en serio las “noticias” del día y un poco más en serio las memorias de hace 10, 15, 30, o más años. Recordemos a quienes ya no están entre nosotros; a esas amistades perdidas o lejanas; esas tradiciones simples pero memorables que teníamos y gozábamos; la familia extendida; los lugares que ya no podemos visitar o que ya cambiaron para siempre; lo que nos motiva a saltar de la cama cada mañana.

En las últimas dos semanas me reencontré con amistades y familiares muy queridos que por motivos geográficos me es imposible frecuentar. Conviví con mi familia de Saltillo y los que se fueron de Saltillo; con los queridos tíos Chávez de Monclova; con amigos de primaria que en 20 años he visto sólo unas cuantas veces. Aprecio cada minuto con cada uno. Ellos han estado ahí desde que tengo memoria, sin importar quién ha sido presidente. Con algunos de ellos escuché la noticia de la devaluación del 82; vimos juntos la noticia de la muerte de Colosio; en casa de otros me enteré del error de diciembre del 94; con otros hicimos campaña y cuidamos casillas hace 28 años a favor de quien se convirtió en el primer alcalde de oposición en Saltillo. Vimos pasar a López Portillo, de la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña; todos se fueron como algún día se irá López Obrador y lo más probable es que nuestras amistades, nuestra familia, lo que es realmente importante siga ahí. 

@josedenigris
josedenigris@yahoo.com