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¿Qué hacemos con el PAN?
Los miembros del partido que huele a incienso, mirra y mortaja, los del Partido Acción Nacional, pues, son gente rara, tan rara, que no quieren el poder político. Se conforman con ser los eternos segundos lugares. Ser siempre segundo lugar da dividendos, por lo general, económicos. Y eso a ellos, les gusta, les encanta. Es una especie de premio de consolación. Guillermo Anaya, el eterno perdedor y el eterno candidato (hay como no queriendo la cosa, va por su cuarta campaña estatal: una de Senador, dos para Gobernador y ahora, de nuevo para Senador. ¿Cuánto le deja cada campaña? Es una pregunta que un buen reportero debe de hacerle), hoy va a estar de nuevo en la urna. Jesús de León Tello es lo mismo: siempre segundo lugar, siempre perdedor.
Y un ejemplo raro, más raro que los anteriores: el creso y exalcalde de Saltillo, que no es miembro del PAN, el inefable Chilote López Villarreal, habiendo ganado su primera batalla electoral en las urnas… se rajó para disputar al “Cowboy urbano”, Manolo Jiménez, el nuevo periodo en la Alcaldía que se disputará este año. ¿Por qué se rajó, por qué no tuvo palabra de honor y de hombre? Otra buena pregunta para mis compañeros reporteros que cubren la fuente. Cuando todo era miel sobre hojuelas de maíz y éste y su esposa dominaban el poder político y las arcas municipales (hoy con huecos y desvíos millonarios, según puntilloso análisis y dictamen financiero del Despacho Galaz, Yamazaki, Ruiz Urquiza, SC, DeloiJe, el cual tiene presencia en 150 países y 22 oficinas en México, especialistas en servicios del sector público y privado con un equipo de especialistas y profesionales en áreas contables y administrativas), Chilote López Villarreal se creía invencible. Tan era así, que trepado en el tren de la adulación y la soberbia, a medios de comunicación locales, estatales y nacionales, espetaba una y otra vez que iba por la reelección en la Alcaldía.
Aleatoriamente y como salen las notas de mi grueso legajo: Chilote López dijo que se iba a reelegir el 11 de diciembre, lo dijo el 6 de noviembre (aquí dijo textualmente que padecía “enamoramiento” por la Alcaldía), lo volvió a repetir el 11 de diciembre, lo dijo el 19 de diciembre; pero, también lo espetó desde mucho antes, desde el 24 de mayo de 2017. ¿Entonces por qué se rajó y ahora va por una Diputación federal? Y una cosa que se junta con pegado: Isidro López forma parte de la trama del fraude de Ficrea. Éste invirtió en su momento 11 millones de pesos a la sociedad de inversión, para hacerse más millonario y sin trabajar: lo esquilmaron, igual que al Poder Judicial de Coahuila en ese momento, al mando de Gregorio Pérez Mata. No hay culpables.
ESQUINA-BAJAN
La gente del PAN es gente rara. En Ramos Arizpe, Coahuila, le arrebataron la natural candidatura al empresario Héctor Horacio Dávila y se la dieron en bandeja de plata y oro, a un priista, Raúl Xavier González, quien va a perder a manos de José María Morales, el famoso “Chema” Morales. Usted lo sabe, él y nadie más ha venido trabajando codo con codo con los líderes de colonia, los comités de base y con cuanta junta de colonos hay. Y aquí y con esta reflexión llegamos a un punto fundamental que los panistas no tienen en su sesera (el que menos entiende de política, es paradójicamente su “líder”, Bernardo González): los panistas piensan que las elecciones se ganan el día de las votaciones y en la urna, ¡puf! Ingenuos.
No, las elecciones se ganan hoy. Pregúntele y vea usted como se están moviendo candidatos como Jericó Abramo Masso, Ricardo Aguirre, Chema Morales, y ni se diga, quien va con velas y viento a favor, el “Cowboy urbano”, Manolo Jiménez. La gente del PAN es gente rara. No se ponen de acuerdo ni ellos mismos, menos son solidarios ni se tiran la mano. No se defienden el uno del otro. ¿Usted votaría pro Isidro López Villarreal, luego de conocer su actuación tan desastrosa en la Alcaldía, administración en la cual no pocas veces tomó decisiones no él, sino su esposa? Le recuerdo los números de la elección anterior para Gobernador: más de 718 mil votaron en contra de Miguel Ángel Riquelme y el PRI. ¿Entonces porque no pueden capitalizar semejante descontento y hartazgo ciudadano, caramba, por qué no ganan? Porque son unos incapaces.
¿Qué hacemos con el PAN? No lo sé. Soy el menos indicado para recomendar una inyección para levantar a este muerto. En su momento y como diputada local, improvisaron a Lupita Mandujano, esposa del ahora morenista Armando Guadiana. En su momento, lanzaron como candidato a Alcalde de Saltillo a Óscar Mohamar, ahora afiliado a cuanto partido político se deje querer… ¿Ideología y valores? Pues sí, tal vez los panistas de Tlaxcala, no aquí. Y lo peor, cuando hay un panista exitoso, lo tratan de expulsar. Fue el caso de Gerardo García de Monclova, patibulario, burdo y sin leer un libro, pero fue el único que retuvo para su partido, el PAN, la Alcaldía de pueblo tan ardiente como Monclova. Lo andaban expulsando.
LETRAS MINÚSCULAS
¿Qué hacemos con el PAN? Padecerlos.