“Tiempo atrás había localizado el lugar en donde se quedaban a dormir Juanillo, el Chato y el Flaco, era precisamente bajo el puente que se encontraba cerca de la estación de autobuses. Cada semana los visitaba para llevarles comida, lo tenía que hacer muy temprano si quería encontrarlos aún dormidos, pues luego se iban en busca de algunos pesos para comprar comida. 

Esa mañana salí en su busca, pero no los encontré. Ni rastro de ellos, en ese lugar ni siquiera estaban las escasas cobijas y cartones que ahí solían esconder para pasar las frías noches.

Entonces vi a Pancho, el taquero que ponía su puesto cerca del puente, fue él quién me dijo que ese día muy temprano la policía municipal, con macana en mano, había llegado gritándoles a los pequeños: ¡Largo de aquí,  que no ven que dan muy mal aspecto a la ciudad! Entonces los tres pequeños, con el alma en sus manos, corrieron horrorizados. 

En los muros del puente aún permanecía la propaganda de todos los políticos contendientes a la elección pasada; y luego pensé, vaya realidad indignante: mientras los políticos piden votos,  millones de niños en México piden pan”. 

Cáncer que carcome

Según el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (Imco) y el  Centro de Investigación y Docencia Económicas, en México existe una tremenda crisis de representación: el 91% de la población no confía en los partidos políticos; el  83% no confía en los  legisladores; el 80% no confía en las instituciones del sistema judicial.

Vergonzoso también es el hecho de que el Imco afirme que México ocupa en corrupción, dentro del Grupo G20, el lugar 17º de 19 países; que en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ocupamos  la posición 34º de los 34 países que conforman esta organización; que a nivel mundial nos situamos en la posición 103º de 175 países. Lo peor de todo es que  vamos en picada,  ya que en el 2004 nos encontrábamos en la posición 64.

Mientras…

Mientras los ciudadanos nos sentimos muy honestos ignorando que anualmente se registran más de 4 millones de actos de “pequeña corrupción”. Mientras la violencia nos carcome; mientras el país se encuentra sumido en una severa crisis de representación; mientras la mayoría de los partidos, políticos y gobernantes cínicamente llevan agua a sus propios molinos, siempre protegidos por la imperante impunidad que desprestigia a México en el contexto global; en fin, mientras todo esto sucede, millones de jóvenes y niños en México, en estos precisos momentos, se encuentran sobreviviendo en un infierno llamado pobreza.

Pobreza y más pobreza

Afirmo lo anterior basándome en el estudio “Pobreza y derechos sociales de niños y adolescentes en México 2012-2014”, presentado  apenas la semana pasada (en el contexto de la “celebración del día del niño”)  por  el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef)  y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el cual indica que, nada menos,  el 53.9% de  los habitantes entre cero y 17 años de edad, es decir 21.4 millones de personas con nombre y apellido,  padecen pobreza y que de ellos 4.6 millones sufren la denominada “pobreza extrema”.

Las graves carencias que este segmento poblacional tiene,  se relacionan con la educación,  la salud, la seguridad social,  la vivienda,  los servicios básicos  y, lo peor de todo,  carecen de accesibilidad a la alimentación.

Sin tapujos habla la Unicef

Según la Unicef en 2012, 2.5 millones de niños y niñas trabajaban en México, de los cuales 25% lo hacían para ayudar económicamente en su casa o a su familia, y casi un millón de niños y adolescentes de entre 5 y 17 años realizaban únicamente tareas domésticas y, por ende, no asistían a la escuela.  Por otro lado,  en  2013 la tasa de mortalidad en niños menores de 5 años fue de 15.7 por cada mil nacidos vivos, y esta cifra en el sur del País es mucho más alta;  además el  16.2% de los niños y niñas de 0 a 1 año carecían de acceso a servicios de salud en 2014.         
                                                                      
En relación a la violencia y la niñez, como muestra un botón: 36 de cada mil niños, niñas y adolescentes, de entre 10 y 17 años, sufrieron algún tipo de agresión en 2012.  Un 42.28% de las agresiones sucedieron en la vía pública;  el 40.48%, en las escuelas, y el 10.15% en el hogar.

Ese mismo año, 6 de cada 10 niños y adolescentes se encontraban expuestos a algún tipo de agresión física en los espacios públicos, y el 100% de las agresiones sexuales contra las niñas y adolescentes ocurrieron en sus hogares, las escuelas y en la vía pública.

El País no ha sido capaz de brindar educación al 100% de los pequeños, pues el año pasado el 3.8% de los niños y niñas de entre 6 y 14 años  no asistieron a la escuela y uno de cada 5 niños trabajan para poder “pagarla”; grave también es constatar que el 11.82% de ese segmento poblacional, que vive en zonas rurales, no sabían leer ni escribir; adicionalmente, 9 de cada 10 niños y adolescentes en edad escolar y que son hablantes de alguna lengua indígena, se encuentran en situación de pobreza.

En 2014,  23.75% de las mujeres entró en unión conyugal antes de cumplir los 18 años de edad, siendo los estados con mayor porcentaje de matrimonio infantil Chiapas (44.82%), Guerrero (42.41%) y Oaxaca (39.17%).

Para rematar, según  ésta institución, el  9.55% de las adolescentes  mexicanas entre 15 y 17 años han estado alguna vez embarazadas.  Para nuestro deshonor, Coahuila  es uno de los estados – junto con Hidalgo y Michoacán - con mayor porcentaje de jóvenes embarazadas en el País ¡vaya distinción!

En cuanto a la migración en 2015, hubo 11 mil 667 eventos de repatriación, desde Estados Unidos, de niños, niñas y adolescentes mexicanos;  desgraciadamente, el 84% de éstos emprendieron su viaje sin la compañía de un adulto quedando a expensas de infinidad  de peligros y del acecho de los grupos delictivos. (http://www.donaunicef.org.mx/informe-anual/#inicio).

Soldaditos de la droga

Según Reporte Indigo, del 2s006 al 2015,   la PGR ha detenido a más de 7 mil niños y menores de edad involucrados en el narcotráfico;  se estima que más de 75 mil niños y adolescentes se han sumado a las filas del crimen organizado, los cuales son utilizados como informantes, narco-menudistas, asesinos y carne de cañón. Muchos de esos niños estaban abandonados en las calles, ahí son reclutados; además,  la mayoría de ellos provienen de familias desintegradas.

Un fenómeno preocupante es que existen cada vez más niños y adolescentes que perciben a los criminales como un modelo a seguir;  la realidad es que, en muchos lugares del país, la apología de la violencia se ha convertido en la mejor estrategia para reclutar a los pequeños que se encuentran en situaciones vulnerables.

Comercio infantil

Según estudios, cada año, más de 20 mil niños mexicanos son víctimas de explotación sexual (hay fuentes que calculan más de 70 mil).

Por su parte el Inegi calcula que 250 mil niños y adolescentes están inmersos en el comercio sexual; otras fuentes estiman que más de 85 mil niños son usados en actos de pornografía.

Para nuestro infortunio,  México se está convirtiendo a pasos acelerados en un paraíso para el turismo sexual infantil. 

Mucho más que pan

En los muros del puente aún permanecía la propaganda de todos los políticos contendientes a la elección pasada; y luego pensé, vaya realidad indignante: mientras los políticos piden votos, millones de niños en México piden mucho más que pan, ansían también educación, salud, seguridad, protección, justicia y respeto; es decir, vivir su niñez felizmente; imploran que su presencia no sea ignorada. 
Millones de niños y adolescentes solicitan ayuda para salir de ese infierno llamado pobreza. Ellos reclaman consideración. Amor.
 
cgutierrez@itesm.mx
ITESM Campus Saltillo
Programa Emprendedor