RAMOS ARIZPE.- El niño que fuera mordido por un perro pitbull en la colonia Blanca Esthela el pasado miércoles ya recibió un injerto en el área afectada; se espera que su evolución sea satisfactoria, pero permanecerá bajo observación médica varios días más.

Así lo confirmó Lucía Cárdenas, abuela de Ángel Gilberto, quien explicó que él “ahorita está estable, le hicieron una operación, le injertaron el pedazo de piel que le arrancó el perro y pues está en observación”.

Ángel continúa internado en el hospital Christus Muguerza, donde permanece bajo una constante vigilancia médica con la finalidad de observar su evolución y con la esperanza de que su cuerpo no rechace el injerto en el antebrazo izquierdo.

“La especialista dice que necesita estarlo checando para revisar que salga él bien, a ver cómo reacciona el injerto que le hicieron para evaluar si no se requiere una segunda operación”, ahondó Lucía.

Por su parte, la dueña del pitbull, Esperanza Garay Ruiz, de 36 años, fue trasladada ante el Ministerio Público la tarde del miércoles y dejada en libertad horas después, pues sólo declaró ante un agente para integrar la carpeta de investigación.

De acuerdo a fuentes cercanas a la investigación, Esperanza se mostró dispuesta a pagar por las lesiones que ocasionó el can, sin embargo los familiares de Ángel no la encontraron en su domicilio la mañana siguiente, pues estaba trabajando.

Para asegurar que haya una respuesta y se cumpla lo que dice la ley, Eva Violeta Ozuna, madre de Ángel, de 12 años, y María Alejandra, mamá de Joel, quien fuera arañado también por el animal, se presentaron ante el Ministerio Público para interponer denuncia.

Por otro lado, el perro fue asegurado por el Cuerpo de Bomberos y llevado ante el área de control animal del Municipio, donde se especula que permanezca unos días en observación antes de ser finalmente sacrificado.